A raíz de las quejas de vecinos del Casco Antiguo por las molestias de quienes ocupan viviendas vacías, el primer teniente de alcalde, José Antonio Monago, hizo ayer un llamamiento a los propietarios de los inmuebles que no estén habitados para que los cierren perfectamente y estén pendientes de que no sean ocupados porque son responsables de los accidentes que puedan ocurrir dentro.

El concejal señaló que una casa que tiene sus dueños no puede tener abierta la puerta durante semanas. La voz de alarma la dieron los vecinos de la vivienda situada en la calle Bravo Murillo, número 20, donde el domingo falleció un indigente y que desde hace meses está siendo utilizada por drogadictos. Monago se ha puesto en contacto con los dueños que ya se han comprometido a tapiar las entradas. El mismo problema existe en la calle Amparo número 18, cuya puerta está abierta y el ayuntamiento también va a intentar localizar a los propietarios. En este último caso, Monago alerta de la mala situación de la casa, donde existe riesgo de derrumbe y las personas que la frecuentan podrían correr peligro. Si ocurriese una tragedia, los dueños serían responsables.