Ya puestos, el concejal y secretario regional del PP, José Antonio Monago, podría ser también la alternativa de ese partido para el Tribunal Constitucional, ante la escasez de personas de reconocido mérito y prestigio que al parecer tiene para cubrir puestos orgánicos e institucionales. Monago, hombre para todo, era una promesa democrática para un partido que no encontraba el modo de centrarse y ha ido creciendo en ambición y poder con el don de estar en el lugar y momento adecuados en las situaciones que requerían una solución salomónica. Desde el inicio de la legislatura municipal se ha especulado con la marcha del alcalde para dejar en el puesto a su delfín, que enseguida se puso a trabajar con la anuencia y ausencia de su jefe y con tiempo por delante para ser cabeza de lista en las próximas municipales. Pero Celdrán no logra tener una alcaldía en semirretiro; tras el susto de Monago con el Senado, viene el congreso y el PP de nuevo el hombre para todo, Monago. El ya se ve "buen presidente" de la Junta. A todos asiste el derecho --y obligación-- de evolucionar y tener una ambición; el asunto quizás es cómo no ser más ambicioso que riguroso.