En torno a 130 sacerdotes de la archidiócesis participaron en la convivencia que se celebra cada año, tras las navidades, en el Seminario Diocesano de Badajoz, a la que también asistió el arzobispo, Celso Morga, que presidió una misa en la capilla del propio centro, tras un acto en el que se impusieron las insignias de la diócesis a quienes celebran sus bodas de oro y plata sacerdotales.

Fue Manuel Calvino, delegado episcopal para El Clero, que se encargaba de la organización de la convivencia, quien dio la bienvenida a los asistentes, junto con el rector del Seminario, José Ignacio López, que acompañaron al arzobispo; también al obispo de Jaén --y antes de Plasencia--, Amadeo Rodríguez Magro, uno de los que celebraban sus bodas de oro.

Esta convivencia la impulsó Antonio Montero y se celebraba en el colegio de los jesuitas de Villafranca de los Barros hasta que se trasladó al seminario, hace varios años, y en la que se conmemoran las bodas de oro y plata y se recuerda a los fallecidos en el año anterior, cuatro en 2019.

Recibieron la insignia de la diócesis por haber cumplido 25 años de ejercicio sacerdotal Vicente Martín Muñoz y Manuel Enrique Hernanz Carroza, quien habló en nombre de los dos. Tras él se impusieron las insignias por las bodas de oro a Julián Arroyo Díez, Juan Becerra García, Joaquín de las Heras Hidalgo-que no asistió por estar enfermo--, Francisco Delgado mancha, Juan Francisco Holguín Murillo, Ángel Maya Romero y Amadeo Rodríguez, quien intervino en nombre de todos ellos,