Tras un año y medio embarcada en la lucha por reducir el uso de plástico en su casa y en su entorno, la pacense Carol González comenzó a interesarse por Madres por el Clima, una plataforma cuyo germen fue un grupo de Whatsapp de una veintena de mujeres creado para apoyar a los jóvenes del movimiento internacional Fridays for Future y para dar «voz a los más pequeños de la casa» en la batalla por preservar el planeta. Madres por el Clima ha terminado convirtiéndose en otro movimiento social vinculado a la causa ecologista, se ha ido expandiendo por distintas ciudades del país y Carol González es la responsable de que se haya creado también en Badajoz.

Ella misma reconoce su sorpresa por la aceptación que tuvo su iniciativa, de la que ya forman parte más de medio centenar de familias. A pesar de su denominación, se trata de un grupo mixto, en el que tienen cabida hombres y mujeres preocupados por la herencia medioambiental que van a recibir sus hijos y dispuestos a poner de su parte para concienciar en sus entornos sobre la importancia de la educación para frenar el calentamiento global.

Carol González explica que se trata de un grupo «apartidista», aunque no apolítico «porque entendemos que el cambio climático se tiene que abordar desde la política tanto social como económica», sostiene. ¿Qué pide Madres por el clima? A gran escala, que el Gobierno declare el estado de emergencia climática y que se cumpla la Agenda 2030 y el acuerdo de París; y a pequeña, gestos que contribuyan a que el respeto a la Tierra y a sus recursos se conviertan en valores en alza. «El cambio climático no es un fantasma y nuestras acciones en el día a día suman o restan», defiende Carol González.

Aunque el grupo está dando sus primeros pasos, ya son muchas las ideas que tienen en mente, como acciones de concienciación con las asociaciones de padres y madres de alumnos y el Centro de Recursos y Profesores (CPR), para que en los colegios, donde sus hijos pasan gran parte del día, esté presente la ecología a través de talleres y actividades.

Además, llevarán acabo «barridas» de plástico por Badajoz; elaborarán una guía de consumo responsable; promoverán la moda sostenible; y crearán un «armario solidario», donde se pueda intercambiar ropa y facilitar la economía circular. En este sentido, Carol González destacó la importancia de informar sobre cuestiones como la de la ropa, para acabar con los «prejuicios» que existen con respecto a utilizar prendas de segunda mano. «Para hacer una única camiseta de algodón se necesitan 10.000 litros de agua», puso como ejemplo.

Madres por el Clima de Badajoz también tendrá ‘sus ojos’ en la calle para denunciar todo lo que suponga un perjuicio para el medioambiente, como el basurero improvisado que existe junto a la cabecera del puente de la Universidad, en la zona ajardinada de la margen izquierda del río, donde se amontonan los plásticos y se ha prendido fuego a la vegetación.