El Museo de Bellas Artes de Badajoz (Muba), muestra al público el proceso de restauración del cuadro ‘La Piedad’, de Luis Morales, en la sala de exposiciones temporales, con acceso por Francisco Pizarro. La obra es de la colección particular Cruz Villalón, que pasa enriquecer los fondos de la pinacoteca, según el propio museo.

Se trata de una adquisición importante que cubre una laguna de la colección, que no contaba con ningún cuadro del pintor, solo con dos trabajos de seguidores del maestro que tenía taller en Badajoz. Teresa Rodríguez, directora del Muba, recuerda que su vivienda en la época de su mayor esplendor, estaba en la calle antes Hernando Becerra y hoy Meléndez Valdés, donde hoy está uno de los edificios del museo.

La obra adquirida es de una de las modalidades de la producción del artista como son las tablas de devoción que se corresponde, en palabras de la conservadora del Prado, Leticia Ruiz, con «el mejor Morales», y que destinadas al uso en privado fueron las que mayor prestigio dieron a su taller.

‘La Piedad’ del Muba se data hacia 1565, cercana a otras representaciones del mismo tema como la del Bellas Artes de Bilbao, la de la Almudena de Madrid, o la de Málaga, de la Colección Villar-Mir. Pero la pieza requería un estudio técnico y una restauración que pusiese en valor sus calidades. Rodríguez explica que viajó a Madrid, en noviembre de 2019 para realizar el estudio técnico y analítico por la empresa I&R, que serviría de base para la restauración de marzo a junio pasados, por María Antonia López de Asiaín, restauradora del Prado.

La intervención ha sacado a la luz el color original oculto bajo varias capas de barniz y ha eliminado repintes innecesarios. Ha recuperado el sfumato de los contornos, las veladuras características de Morales, la representación escultórica de los paños, incisiones como las del nimbo de la Virgen y las delicadas pinceladas de la barba de Cristo y de las pestañas de ambas figuras. Se han descubierto detalles como la corona tipo fuente sobre el Cristo, gotas de sangre que estaban ocultas, la maestría del dibujo previo apreciable en varios puntos, e incluso las huellas de sus manos.

Para mostrar el proceso de restauración de esta pieza de gran valor dentro de la colección del Muba, la exposición se centra en el trabajo realizado que desvela los componentes y la metodología de la pintura de Morales y del suyo propio.