Lo que comenzó siendo un tranquilo paseo de un grupo de piragüistas por el río hasta puente Ajuda terminó ayer en tragedia. Angel G. V., un militar de la base de Bótoa de origen gallego, con 44 años, casado y padre de una niña, falleció por la mañana intentando salvar la vida a una compañera cuya embarcación, en la que iba con otro hombre, volcó cuando trataban de atravesar el azud de La Granadilla. La mujer --Isabel L. C., de 46 años-- quedó atrapada en un torbellino, mientras que su acompañante fue arrastrado por la corriente y llevado aguas abajo, por lo que resultó ileso y pudo salir del agua por su propio pie.

Los hechos sucedieron minutos antes de las 10.30 horas. Angel G. V., que se encontraba fuera del agua junto al resto de la expedición, que había sacado sus barcas del río para atravesar el tramo del azud por tierra y continuar después el paseo, no lo dudó y se lanzó al agua en auxilio de la mujer, pero él también quedó atrapado en el torbellino. Según contaron dos de los compañeros a este diario, el resto de piragüistas corrió hasta más abajo del azud para entrar de nuevo al río con las barcas y finalmente lograron sacarlos a los dos a la orilla con la ayuda de los pescadores --uno de ellos fue quien avisó a los servicios de emergencia-- que se encontraban en el lugar.

Tanto Angel como Isabel estaban inconscientes. Ambos sufrieron paradas cardiorrespiratorias debido al tiempo que pasaron bajo el agua. Los propios compañeros, entre los que había un médico y una enfermera, iniciaron las primeras maniobras de reanimación, que continuaron los agentes de las policías local y Nacional y voluntarios de Cruz Roja, que completaron los equipos médicos del 112.

La mujer fue estabilizada y trasladada al hospital Infanta Cristina, donde ingresó en la UCI. Al cierre de esta edición, su estado era "muy grave" y permanecía sedada y con respiración asistida, según fuentes del Servicio Extremeño de Salud (SES).

Aunque se hizo todo lo posible por salvar su vida, Angel falleció poco después de ingresar en la UCI del centro hospitalario. La ambulancia en la que fue asistido permaneció junto a la orilla del río hasta las 11.50, donde el personal médico trataba de estabilizarlo para poder trasladarlo al Infanta Cristina. Ayer estaba previsto practicarle la autopsia a las ocho de la mañana y que su funeral se celebrase a las seis de la tarde en el tanatorio junto al puente Real.

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