Según los primeros agentes que acudieron a la vivienda situada en el número 31 de la calle Arcoaguero, en el corazón del Casco Antiguo, al piso de arriba no se podía ni acceder, por la cantidad de basura acumulada y de enseres aparentemente inservibles que se amontonaban en la escalera y eran visibles desde la puerta de entrada, donde el olor era nauseabundo.

En esta vivienda a todas luces insalubres vivían dos hermanos. Ayer falleció el mayor, con 77 años, que había sido profesor. Su cuerpo fue encontrado al mediodía por su hermano, que se había marchado por la mañana al «hogar» tras despedirse, aunque no estaba seguro de haber recibido respuesta.

El fallecido estaba enfermo y hacía días que no salía de casa, según los vecinos. Puede que la muerte le sobreviniese de noche y hasta ayer por la mañana no se percatase su hermano, que descubrió lo que había ocurrido cuando se acercó y sintió su mano fría. «Qué va a ser de mí ahora», se lamentaba.

Sus vecinos creen que no tienen más familiares. Ambos son propietarios de la vivienda y según quienes los conocen, no tienen dificultades económicas, a pesar de lo cual no contrataban ayuda externa. Tenían otra hermana mayor, también soltera, que falleció hace poco más de un año después de ser ingresada en una residencia de ancianos. En los últimos tiempos padecía demencia senil. Al parecer, es el hermano pequeño el que se dedica a acumular enseres y chatarra que carga en un remolque y va acumulando en la vivienda.

Fue él quien dio aviso del fallecimiento e inmediatamente se presentaron en la calle varias dotaciones de la Policía Nacional y Local, que cortaron el acceso. La Policía Nacional confirmó a este diario que ante la ausencia de signos externos de violencia, todo indicaba que se trataba de muerte natural.