Una mujer de 31 años, M. C. S., separada y con un hijo pequeño, denunció ayer la desprotección que sufre porque a pesar de que tiene una orden de alejamiento e incomunicación dictada contra su exmarido, tras haber sufrido varias agresiones, sin embargo, aseguró que no cuenta con el apoyo policial necesario para hacer que se cumpla esta orden, dado que su agresor la ha incumplido reiteradamente.

La joven compareció ayer ante la prensa acompañada por el concejal de IU Manuel Sosa y la responsable del área de Mujer en la coalición, Carmen Pedrero. La víctima de malos tratos contó que sufrió la primera agresión hace un año cuando su marido llegó a casa borracho. "Se ensañó conmigo", dijo. Esta mujer tiene en su mano tres sentencias, que el agresor no recurrió. La última es del 22 de septiembre, que incluye la orden de alejamiento a más de 200 metros y prohíbe la comunicación.

Sin embargo, la víctima contó que un día que llevó a su hijo a la guardería, se presentó su exmarido y ella avisó a la Policía Nacional, pero según aseguró, los agentes le dijeron que no podían hacer nada porque no había sido agredida. También afirmó que su exmarido le envía mensajes amenazadores a través del teléfono móvil. "No puedo estar siempre mirando para atrás para ver quién me sigue", dijo angustiada.