Entre cinco y diez minutos. Ese es el tiempo que duró el encuentro --no oficial-- entre cuatro mujeres de Los Colorines y el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el martes por la noche. Las mujeres, pertenecientes a las familias que desde hace nueve días están apostadas junto a la Consejería de Igualdad y Empleo para exigir su realojo en un barrio seguro, aprovecharon la presencia de Vara en un acto que se celebraba a pocos metros de este lugar --en la sede de la ONCE-- para acercarse con carteles pegados en el pecho en los que reclamaban una vivienda digna.

Según explicaron ayer, el presidente les dijo a través de su personal de seguridad que las atendería al finalizar el acto. En ese breve encuentro, según comentó ayer una de las mujeres presentes, María Isabel Pereira, expusieron a Vara sus motivos para salir de Los Colorines. "Sobre todo le explicamos que es por nuestros hijos".

El presidente extremeño, según su versión, les aseguró que estaba "preocupado" por su situación y que estaban estudiando sus casos. Pero también les recordó que existen muchas familias que se encuentran en su misma circunstancia y que "no hay viviendas libres" en otros barrios de la ciudad.

Los vecinos mostraron su gratitud a Fernández Vara por el hecho de escuchar sus reivindicaciones --cosa que hasta la fecha no han hecho representantes de otras administraciones a las que lo han solicitado--, pero señalaron que este gesto no es suficiente para que abandonen su protesta ni la concentración que tienen prevista para el próximo 11 de diciembre frente a la sede de Presidencia, en Mérida. "Lo que más nos gustaría es no tener que ir, porque eso significaría que se ha resuelto todo", dijeron.

Las familias habían reunido hasta ayer más de 3.500 firmas de apoyo.

Desde la Dirección General de Comunicación de la Junta de Extremadura no quisieron confirmar este encuentro ni pronunciarse sobre el mismo.