Las mujeres en el islam clásico no jugaban ningún papel. Tampoco en el resto de las religiones monoteístas, que son machistas de arriba a abajo. Hay excepciones, pero confirman la regla. Se ha pretendido que en Al-Andalus las mujeres tenían más libertad, porque se ha documentado algún caso, de señoras de la aristocracia, que hicieron lo que quisieron. O eso parece, o eso dejaron escrito, para justificarse. Lo cierto es que la historia de la Península islámica es una historia sin mujeres. Y es sorprendente, como ya escribí, que en Madinat al-Zahrá las mujeres no existan. No se mencionen. Que nadie busque restos de su presencia en aquel escenario arquitectónico. Tampoco en la historia de Batalyaws las hay, no revuelvan papeles buscándolas. Será inútil.

Piensen ustedes. Entre las del harén real -esposas, concubinas, azafatas, sirvientas- el número de mujeres debía ser allí muy alto. Repitan el esquema, a menor escala, en las residencias de los grandes personajes que residían allí. Y, luego, sumen la legión de esposas de altos funcionarios -civiles y militares- al servicio de la casa real. No hablo del servicio exterior a la residencia califal, adscrito a funciones concretas y en régimen de libertad, semilibertad o esclavitud, porque la cifra es incalculable. El total, sumadas todas las categorías, debía ser enorme. ¿Quién se acuerda de esas mujeres? Ni los arqueólogos hablamos de su presencia, ni siquiera el video que se proyecta a los visitantes del yacimiento cordobés y pretende ser divulgativo. Sólo estamos, en apariencia, interesados en las grandezas del califato, en el poder del monarca, en la magnificencia de los edificios. ¿Será que nuestra forma de pensar es machista y condiciona hasta la interpretación de los descubrimientos arqueológicos? ¿Alguien ha hablado del harén califal en alguna publicación seria? Me temo que también los historiadores estamos contribuyendo al machismo ambiental por olvidar a las mujeres en nuestras investigaciones. Incluso en detrimento de lo que publicamos. A Badajoz esto parece no afectarle. Figúrense, la concejal de Cultura habla de infieles refiriéndose a la comunidad islámica de la ciudad. Hay mucho machismo, pero también racismo.