Solo le delatan el vehículo que conduce (un Mercedes Benz ML350 Bluetec) y tal vez, fijándose mucho, el reloj que adorna su muñeca. Pero no existe un antes ni un después en el aspecto ni en el trato del empresario pacense de 60 años Juan Antonio Gómez Calero. Un antes y un después en su vida que viene marcado por el 6 de enero del 2012, en el que los Reyes Magos llegaron a su casa alquilada en Gévora con más de 36,5 millones de euros, procedentes del sorteo Euromillones. Ahora el rey mago es él, según se desprende de la entrevista concedida ayer a este diario. Porque al mes y medio de convertirse en multimillonario "empecé a hacer obras de caridad". Calcula que en un año habrá donado en torno a 300.000 euros.

Primero se acercó a Cáritas y, aunque cueste creerlo, asegura que no le resultó fácil porque se se presentó un día preguntando por las necesidades mensuales de alimentos del Centro Hermano para aportarlos todos los meses "donde ellos me dijeran" y tardaron varias semanas en darle una respuesta. También suministra productos a los comedores sociales de las calles Martín Cansado y de San Vicente de Paul, donde además ha montado las nuevas cocinas. En Martín Cansado la última partida que ha enviado ha sido de mantas y sábanas de algodón, para el frío. Además, ha ayudado al Banco de Alimentos, pero lamenta que aunque él no quiere reconocimientos, nunca se mencione que existe un particular que está contribuyendo con importantes aportaciones. Hay también parroquias que también están siendo beneficiarias de su generosidad. Colabora asimismo con un proyecto para un economato social cuyo local compró en bruto y ha acondicionado. No se ha olvidado de Gévora, la pedanía que lo acogió y donde tiene previsto contribuir en un centro de día para mayores.

A más largo plazo tiene en mente ayudar en la ampliación del comedor social de Martín Cansado,

"donde cargaré con los mayores gastos". A Juan Antonio Gómez, un hombre de trato serio, se le ilumina la cara cuando habla de sor Mari Fe, la responsable de este comedor.

Su cabeza no deja de dar vueltas sobre cómo puede seguir colaborando. Recientemente ha adquirido una finca (dice que por un "compromiso") entre Alburquerque y La Codosera en la que hay huertas, que pretende cultivar para regalar toda la producción a los comedores sociales y organizaciones que trabajen con familias necesitadas. También se ha ofrecido para las mejoras que necesita el colegio Nuestra Señora de la Asunción, donde hay que cambiar las ventanas. Ha pensado además construir una residencia para ancianos y niños y establecer una beca de estudios universitarios para el mejor estudiante de la provincia sin recursos.

Pero si difícil fue empezar, también lo está siendo seguir, porque asegura que está encontrando muchas trabas en la Administración, por todos los requisitos que le exigen. "En este país solo encuentras problemas y problemas en cualquier cosa que quieras hacer". Por eso afirma que "me aconsejaron que me marchase de Badajoz y me tenía que haber ido". Manifiesta que él no pide ayudas ni ventajas "pero que miren la labor social que hago desinteresadamente, porque yo atiendo a todos los que llaman a mi puerta". Aunque no quiere presumir: "yo no me tengo ganado el cielo ni nada, hago lo que creo conveniente y mientras pueda seguiré ayudando".