Familiares, amigos y compañeros dispensaron ayer una multitudinaria despedida a Angel García, el militar de Bótoa de 44 años que el domingo perdió la vida en el azud tratando de salvar a una de las palistas con la que se encontraba practicando piragüismo. La mujer quedó atrapada en un remolino tras volcar su embarcación y él se lanzó en su auxilio, pero tampoco pudo salir del agua.

Sus compañeros del acuartelamiento sacaron su féretro a hombros del tanatorio del puente Real, cuya capilla se quedó pequeña para las cientos de personas que acudieron al funeral, y entonaron el Himno a los Caídos. Sus restos fueron incinerados. Al funeral asistieron, entre otros, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, el general jefe de la Brigada Mecanizada Extremadura XI, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, el concejal de Deportes, Miguel Angel Rodríguez de la Calle, y el delegado del Gobierno, Germán López Iglesias.

Las muestras de pésame y apoyo por su trágico fallecimiento han llegado de todas partes de España, según Adrián Ribera, presidente del Club de Piragüismo de Badajoz, al que el piragüista pertenecía desde hace dos años y de cuya junta directiva era vocal. "Se unen el dolor por su muerte con la heroicidad de Angel, que hace que lo que ha pasado duela más si cabe porque no es solo un accidente, es que una persona ha muerto por salvar la vida a otra".

El club ha suspendido la III Regata del Circuito Judex, prevista para el próximo sábado y para la que estaba entrenando el militar, y su sede junto al azud permanecerá cerrada hasta el jueves en señal de luto. Ribera explicó que más adelante le rendirán un homenaje "a nivel nacional", siempre que su familia esté de acuerdo.

Al desconsuelo por la muerte de Angel se suma la preocupación por Isabel L. C., la piragüista que éste intentó salvar y que logró recuperarse de la parada cardiorrespiratoria que sufrió. La mujer, casada y madre de dos hijos, continúa en estado "muy grave", pero estable, en la UCI del hospital Infanta Cristina, según confirmaron al cierre de esta edición fuentes del SES. En el club, según su presidente, estaban "razonablemente esperanzados dentro de la preocupación" de que Isabel salga adelante. "Se lo deberá a Angel", dijo Ribera.

El día del accidente el marido de Isabel también participaba en la expedición, aunque en esta ocasión no en barca --los cuatro miembros de la familia son piragüistas-- sino que era el encargado de ir con la furgoneta hasta puente Ayuda, destino del grupo, para recoger las embarcaciones.

INVESTIGACION ABIERTA El delegado del Gobierno reiteró ayer que lo ocurrido en el azud, según las manifestaciones de uno de los testigos, apunta a "una imprudencia" de los dos palistas que volcaron al intentar saltar el azud --en la barca con Isabel iba otro compañero que resultó ileso al ser arrastrado por la corriente aguas abajo--. No obstante, López Iglesias señaló que la Policía Nacional continúa investigando cómo sucedieron los hechos.