Eran las 8.25 horas de la mañana. Tres coches policiales atravesaron la rotonda del puente Real en dirección al mercadillo como almas que lleva el diablo: dos de la Policía Local y otro de la Policía Nacional con las sirenas y luces encendidas. Según testigos presenciales, al menos se presentaron ocho dotaciones en el recinto, donde diez minutos antes se había iniciado una discusión entre varios vendedores y dos agentes municipales. La disputa movilizó a buena parte de los trabajadores que en esos momentos aún montaban los puestos ambulantes, que para enterarse de lo que sucedía quisieron acercarse a los policías, que al verse rodeados decidieron pedir refuerzos.

Los mismos testimonios explicaron a este diario que la discusión tenía su origen en un enfrentamiento ocurrido el sábado pasado, cuando un joven policía local de paisano reclamó a un conductor que retirase su coche y tras no ponerse de acuerdo, lo citó para el martes en el recinto del mercadillo, donde sabía que tenía un puesto. Ayer por la mañana se presentó con otro agente y, según las mismas fuentes, tras pedirle el documento de identidad, intentó esposar al vendedor e introducirlo en el vehículo policial. Fue entonces cuando el resto de vendedores empezaron a protestar acusando a los agentes de abuso de autoridad y los más alejados a interesarse por lo que ocurría en aquel bullicio, en el que llegaron a juntarse 300 personas rodeando a los agentes.

"Se ha podido liar una muy gorda", manifestó un vendedor a este diario. Con la llegada de agentes de refuerzo se diluyó la discusión. La Policía Local de Badajoz no quiso ayer dar ninguna versión de los hechos ni contestar a las reiteradas peticiones de este diario. Desde la Policía Nacional solo confirmaron que sus agentes acudieron a asistir a la Policía Local "en una intervención con vendedores ambulantes". Los vendedores que estaban implicados directamente en la discusión se reunieron con responsables del cuerpo municipal y no se interpusieron finalmente denuncias por ninguna de las partes.