Antonio Muñoz Molina visitó ayer la Feria del Libro de Badajoz para presentar su nueva novela, Tus pasos en la escalera, una historia de amor y espera ambientada entre Nueva York y Lisboa, como él mismo señaló. La novela aborda «en qué medida la memoria y el miedo pueden amenazar» la cotidianeidad, la espera de un hombre a que llegue su mujer, que es neurocientífica «e investiga el modo en que el cerebro almacena la memoria del miedo, cómo los mecanismos de supervivencia del cerebro sirven para archivar y advertir los peligros, para recordar la amenaza; son miedos que forman parte de la vida y son saludables porque ayudan a la supervivencia, pero ocurre que el cerebro humano es muy complicado; el miedo se puede convertir también en neurosis, en angustia, y en vez de defensa es un peligro, se convierte en una forma de autocastigo», explicó el escritor.

Muñoz Molina es autor de una veintena de obras la mayoría novelas --Plenilunio, El juguete polaco, Invierno en Lisboa, Ventanas de Manhattan, Sefarad, La noche de los tiempos, o Beatus Ille, entre otras--, es miembro de la Real Academia Española y ha sido reconocido con todos los premios importantes de las letras en España, como el Nacional de Literatura, el de la Crítica, Planeta, o el Jean Monnet de Literatura de Europa, el Premio Jerusalén o el Prix Mediterranée, entre otros.

En Tus pasos en la escalera están presentes los sucesos del 11-S, que él mismo vivió en Nueva York, una ciudad muy distinta, aparentemente al menos, de Lisboa, lugar de destino donde se produce la espera. Sobre cómo se refleja en la memoria el miedo a catástrofes como aquella cuando se busca un refugio, el autor recordó que cuando comenzó a escribir la novela, «no sabía bien hacia dónde iba, pero me surgió el recuerdo del 11 de septiembre, que se convirtió en parte de la historia, porque los protagonistas los vivieron y cuando se ha vivido un acontecimiento así, nuestra idea del mundo cambia; de pronto vimos que podía ocurrir algo inimaginable, que costaba creer que estaba pasando», dijo. Y de hecho, «a mí me marcó, me parece que fue el comienzo de otra época».

Está presente, además, en la novela, «la amenaza del cambio climático. Hay desastres naturales y otros que los provoca el ser humano. Curiosamente, en Lisboa ocurrió el terremoto de 1755; para mí había un paralelismo entre el 11-S en Nueva York y el 1 de noviembre de 1755 en Lisboa: una mañana soleada en la que de pronto ocurre algo que es como el fin del mundo. Muchas personas en Lisboa creyeron ese día que era el fin del mundo», contó.

Sobre cómo un determinado enfoque puede deconstruir la realidad, el autor explicó que «una novela es una manera de contar la realidad a través de la ficción: Hay historias porque necesitamos explicarnos el mundo».

Muñoz Molina ha escrito de ciudades, de la memoria, de culturas, elementos que forman parte de una visión cosmopolita pero también «de nuestro pequeño mundo», pues «los seres humanos necesitamos una casa, un entorno, una familia, un país para sentirnos arraigados, pero también necesitamos asomarnos al mundo; trato de encontrar un equilibrio. Un apego excesivo puede llevar a no ver el mundo exterior y convertirse uno en un nacionalista, pero nadie puede ser cosmopolita absolutamente, tenemos la querencia, como decíamos de los animales. Yo tengo mi propia querencia también».

Afirmó el escritor que «los lectores escriben, se te acercan, la gente busca en los libros una resonancia, busca reconocerse en algo y creo que muchas personas se pueden reconocer en la sensación de esperar a la persona que quieren».