Hacía tiempo que el grafitero pacense Alejandro Pajuelo, conocido artísticamente como Chino, le había echado el ojo a uno de los muros del perímetro del hospital Materno Infantil de Badajoz. Está cerca de la casa de sus padres y cuando pasaba por allí fantaseaba con plasmar en él sus dibujos. No se planteó pedir permiso porque suele ser complicado, pero su deseo de rendir homenaje a los sanitarios por su trabajo en primera línea contra el covid-19 le animó a compartir su idea con Miguel Luna, responsable de Comunicación de El Corte Inglés y amigo, que no dudó en respaldar el proyecto.

Tras obtener la autorización de la dirección del hospital y con el patrocinio de El Corte Inglés, Chino se puso manos a la obra el pasado sábado. Cerca de 20 horas de trabajo han dado como resultado un mural de unos cuatro metros de alto y más de 10 de largo, en el que refleja el esfuerzo de los sanitarios durante la pandemia y con el que pretende que «con el tiempo no se olvide todo lo que han hecho por nosotros y perdure en nuestra memoria su labor», dice. Dos sanitarios con los trajes de protección, pantallas protectoras y mascarillas se miran frente a frente, pero sus rostros no reflejan cansancio y desánimo, sino todo lo contrario: «se dan ánimos, sus ojos dejan ver que están sonriendo, que todo va a salir bien», explica el artista.

Cuenta Chino, que es militar en la base de Bótoa, que aunque bajo esos epis están dos sanitarios, «que son los que peor lo han pasado y más en primera línea han estado», podría esconderse cualquiera de los profesionales que se han mantenido al pie del cañón durante estos meses exponiéndose al virus para prestar servicio a los demás. También quiere que su mural sirva de recordatorio sobre lo que el coronavirus, que aparece plasmado en un segundo plano, ha cambiado la vida de todos y lo importante que es «estar unidos» para ganar la batalla.

Aún sin terminar, la repercusión de su mural, que se inaugura mañana a las 19.00 horas, ha sido «tremenda». Sus redes sociales se han llenado de mensajes de agradecimiento y felicitaciones y su obra se ha compartido miles de veces. «Una chica me dejó un mensaje diciéndome que su madre, que trabaja en el hospital, sale ahora más contenta por ver el mural», comenta orgulloso. «Eso para mí es lo más importante», asegura el artista, que también se muestra feliz por demostrar que el arte urbano puede llegar a conmover a mucha gente. «La palabra graffiti está muchas veces estigmatizada y espero que esto sirva para que se nos cedan más muros donde pintar y llenar las calle de arte».