TEtn el cementerio del Père-Lachaise, de París --sí, ese donde aún reposa el célebre Godoy antes de pasar a ¡descansar!, si lo hace, en una rotonda-- se visita el llamado Muro de los Federados. Es sólo uno de los límites de la famosa necrópolis; nada especial. Su único interés es haber sido el lugar donde se masacró a los últimos miembros de aquel movimiento revolucionario que fue la Comuna. Pasado el tiempo, aquel hecho terrible ha sido aceptado como una parte de la historia de Francia. Y ahí está, como un recuerdo más de una historia que nuestros vecinos han superado ya. Pues bien, en Badajoz se va a consolidar uno de los muros del cementerio y no hay modo de que nuestro cultivado ayuntamiento ceda en su pretensión de darle un tratamiento respetuoso al sitio, contra el que fueron asesinados tantos ciudadanos inocentes. Su único delito fue haber sido republicanos. Algunos ni defendieron a la República con las armas en la mano.

El proyecto de consolidación, que es necesario, va a ocultar cualquier vestigio de lo que ocurrió allí. Según la explicación oficial se trata de darle un mejor aspecto a un cementerio que se va a quedar entre edificios de nueva planta. O sea. No es que estemos ante un acto de falta de sensibilidad, que también. De ausencia de respeto hacia un pensamiento ajeno que no perjudica a nadie. A mí me parece que es aún peor. Hay que dar un aspecto estético al exterior del camposanto, así quedará bien entre las nuevas construcciones. Y ayudará a vender los que estén más cercanos. Lo van a rodear de bloques y, cuando lo esté por completo, alguien comenzará a decir que debe trasladarse, porque aquel ya no es un emplazamiento adecuado. Y acabarán quitándolo. No se trata, no crean, de ensañarse con el recuerdo de los vencidos en la Guerra Civil. No. Ni mucho menos. No vayamos a acusar de sectarismo a esta imparcial corporación. La intención final es lavarle la cara al camposanto antes de eliminarlo. Tiempo al tiempo.

Me cuesta entender que la oposición no se oponga con más firmeza y no se plante. Mucha memoria histórica, para algunas cosas, y una flojera argumental preocupante, para otras. Aquí los únicos firmes son los de siempre. Para ellos no pasa el tiempo. Sin muro se acabó la conmemoración. Muerto el perro se acabó la rabia. ¿No van a poner ni una inscripción conmemorativa? Me faltan palabras.