Las 2.000 sillas que se colocaron en la plaza Alta con motivo del concierto que ofrecieron la Unidad de Música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número 1 y la Banda Municipal de Música de Badajoz no fueron suficientes. Al inicio del concierto había unas 3.500 personas, que a falta de un asiento, permanecieron de pie en los soportales y hasta sentados en la muralla de la alcazaba. Con los primeros acordes sonando, continuaba llegando público, aunque otras personas decidían marcharse porque lejos del escenario resultaba difícil oír la música por el murmullo de la gente y el fallo de algún altavoz.

Era la primera vez que la banda pacense tocaba con una agrupación militar y es que, según reconocía el director de la primera, Vicente Soler, se trataba de una actuación excepcional, ya que raras veces se puede escuchar a "bandas civiles y militares tocando juntas".

Esa circunstancia también contribuyó a que el concierto despertara gran interés entre los ciudadanos, que mucho antes del inicio del concierto ya habían tomado posiciones para disfrutar del espectáculo con 90 músicos sobre el escenario.

Los directores intercambiaron los papeles. Vicente Soler dirigió en la primera parte a la Inmemorial del Rey para interpretar marchas militares como la de Badajoz , El sitio de Zaragoza o el recopilatorio Ecos de una contienda , con canciones famosas de ambos bandos durante la Guerra Civil. El teniente coronel Enrique Blasco se puso al frente en la segunda parte del concierto para dirigir a la banda pacense, que interpretó composiciones populares de Extremadura como Jota de la Siberia Extremeña , Brisas de Extremadura o Danzas Populares .

En el concierto, que estaba previsto cerrar con los himnos de Extremadura y de España, también participaron los coros de la Virgen de la Soledad, de San Juan Macías, el de la Universidad de Mayores y las Voces Corales de Badajoz, que estuvieron dirigidos por el coronel Francisco Grau.