Las intensas y constantes lluvias de las últimas semanas han resentido el negocio de los vendedores ambulantes del mercadillo, que ayer tampoco pudieron instalar sus puestos en la barriada de La Paz a causa del agua y el fuerte viento. Solo algunos vendedores de fruta se atrevieron, no sin dificultades, a poner sus mercancías a la venta.

El presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Extremadura (Acaex), Juan Antonio Mejías, recordó ayer que en este tiempo apenas han podido instalar sus puestos en dos ocasiones y eso se ha traducido en "importantes" pérdidas económicas. Mejías estimó que los vendedores ambulantes han dejado de ingresar de media entre 1.500 y 2.000 euros a causa de la adversa climatología. "Aunque en muchos casos ha sido una cantidad bastante mayor", apuntó.