Desde hace varias semanas faltan de las estanterías de los distintos supermercados y grandes superficies las patatas fritas y otros aperitivos Nevado, una firma comercial muy conocida entre los pacenses porque estos productos se fabrican en Badajoz desde hace 45 años. Esta ausencia se debe al cese de la actividad de esta fábrica, ubicada desde hace más de dos décadas en el polígono industrial El Nevero. Sin embargo, la empresa se encuentra en negociaciones con otra empresa extremeña para venderle la marca, por lo que Carlos Nevado, el propietario, espera que su marca pueda continuar en el mercado.

El pasado verano salieron los últimos empleados y parte de la maquinaria fue vendida a otras empresas del gremio, según Carlos Nevado, quien explicó que hacía tiempo que había tomado la decisión "pero creí que no lo haría nunca", señaló.

Un cúmulo de circunstancias ha llevado al cese de esta empresa familiar, que iniciaron sus padres allá por 1961. La muerte del padre, Antonio Nevado, y de sus dos hermanos después, fue el detonante, ya que Carlos se quedo sólo al frente de todo, cuando antes cada uno de los hermanos trabajaba en un área. También las exigencias del mercado obligaban a la empresa a iniciar una nueva etapa e introducir cambios, lo que suponía hacer una inversión para fabricar nuevos productos bajos en grasas, elaborados con diferentes aceites y con patatas horneadas en lugar de fritas, demandados por los consumidores.

NEGOCIACION Carlos Nevado aseguró que la marca "se venderá a una empresa seria que pueda ofrecer productos de calidad, que tengan una buena aceptación". Aunque no quiso desvelar el nombre de la empresa con la que está negociando, aseguró que es extremeña, pero posiblemente los productos no se fabricarán en la región, sino que se ocupará de la distribución y la producción se hará en otro punto de España.

En su opinión, las ventas "no iban del todo mal", aunque reconoció que la competencia en el sector era cada vez mayor, pero Nevado vendía a casi todas las tiendas, supermercados y grandes superficies de la ciudad, incluido El Corte Inglés.

La familia Nevado empezó al inicio de la década de los 60 a hacer de forma artesanal las conocidas patatas fritas en las churrerías que Antonio Nevado y su mujer regentaron en distintos puntos de la ciudad, en la calle Prim, en la calle Sepúlveda, en la calle Zapatería y en la calle Las Peñas. La primera fábrica de patatas estuvo, según recuerda Carlos Nevado, en la calle Los Milagros, situada en la carretera de La Corte, y después adquirieron dos naves en San Roque, "en una nave se freían y en la otra se envasaban".

LARGA TRAYECTORIA De allí, la fábrica fue al polígono industrial, a unas naves situadas junto a la empresa distribuidora López Bravo, donde trabajaban aperitivos del tipo snack y frutos secos. Después ampliaron el negocio y se instaló la fábrica en el emplazamiento actual, donde ha estado más de 20 años, también en El Nevero. En este lugar tiene unas naves que superan los 10.000 metros cuadrados construidos.

La empresa pasó a utilizar maquinaria puntera, "compramos máquinas en Chicago, Japón, Alemania e Inglaterra, y hacíamos cada día de 15.000 a 20.000 kilos de patatas, ya que había una línea automatizada". Esto hizo que el número de empleados, que llegó a superar los 40, se fuera reduciendo progresivamente. Sólo quedaban media docena cuando este verano cerró la fábrica.

Carlos Nevado reconoció sentir cierta pena al realizar esta operación, "a mi padre no le hubiera gustado verlo", reconoció, después de una larga trayectoria de trabajo familiar.