Yo también hablaré de la nieve. En Badajoz todo el mundo se volvió loco viendo nevar. Cuatro copos mal caídos pero nieve al fin y al cabo. El personal se echó a la calle, al parque, incluso, algunos, al monte. Y a tirar de cámaras profesionales o de móviles, que daba igual, lo importante era retratar el momento por si no se repite en una veintena de años o más. Y a asomarse a los balcones, llamar a los amigos o colgar mensajes en el Facebook. Nevaba en Badajoz y esa era la noticia, el acontecimiento. Lo cierto es que ha nevado en toda España. Hay lugares donde sólo deja de nevar casi en verano y la nieve es más una carga que un divertimento. Pero en Badajoz no, en Badajoz la nieve nos cambió la cara, nos alegró el alma, nos hizo pensar con optimismo en un futuro incierto. Y a echar mano del refranero: Año de nieves, año de bienes. Pero sin pasarse, que sólo fueron cuatro copos, que ni cuajaron, que apenas dieron para un puñado de fotos mal tiradas.

El refranero es sabio pero no sé si dará para tanto la nevada de Badajoz: cuando nieva en enero, todo el año ha tempero o año que hasta el nueve de enero nieva, mucho pan espera . Más que nieve, Badajoz se ha ahogado en las últimas semanas. La lluvia ha sido intensa que hasta da miedo ver el Guadiana. Volviendo al refranero, las lluvias del invierno vienen del infierno o no tengas miedo al frío ni a la helada, sino a la lluvia porfiada . Es curioso el efecto de uno y otro fenómeno meteorológico. La lluvia cansa, agobia, da miedo, molesta, desespera y, mientras, la nieve nos vuelve locos de alegría y queremos inmortalizarla.

En enero, abrigo, bufanda y sombrero o no te separes del brasero ; frío o templado, pásalo arropado . No sé hasta qué punto la sabiduría popular será capaz de insuflar una mínima dosis de optimismo ante un año par que tiene buena pinta en el número pero muy malas pulgas en las estadísticas. Seguiremos discutiendo sobre tonterías y perdiendo el tiempo en vaguedades mientras lo importante --la salud, el trabajo, la familia-- va resintiéndose por culpa de nuestras obsesiones y ambiciones. Es lo que tiene la naturaleza humana; que nos pierde. Ojalá fuera cierto que quien pasa el mes de enero, pasa el año entero aunque al paso que vamos mejor será sacar de vez en cuando las fotografías de una nevada tarde de domingo en Badajoz.