El colegio de Las Vaguadas ha conseguido sobrevivir a la crisis y a pesar de su retraso está a punto de ser una realidad. Las obras del edificio se encuentran en su recta final y estarán terminadas, si nada lo impide, a finales de enero. En estos momentos, los operarios de Placonsa están ultimando algunas estancias del edificio y rematando otras, como la entrada o el gimnasio.

Los suelos se han pulido y están colocadas las puertas, las luminarias y la calefacción. Algún aula ya tiene pupitres y las pistas deportivas están también pintadas, a falta del vallado perimetral y el equipamiento deportivo, "que está en depósito y se traerá en cuanto digan que se entrega la obra", según explicó José Antonio Hernández, el director de este centro que empezó a funcionar el pasado mes de septiembre de forma provisional con 117 alumnos en el aulario de Infantil.

Desde el exterior del edificio, que cuenta con un diseño singular, no se aprecia el avance real de la obra, que se inició en julio del 2010 pero se retrasó por los problemas que tuvo Moliher --a la que se le adjudicó por 2,7 millones y un plazo de 14 meses--, por los que se vio obligada a ceder la obra a Placonsa, que está cumpliendo los plazos comprometidos.

En total se han construido 3.800 metros cuadrados en tres alturas donde se distribuirán las doce unidades de Primaria y las seis de Infantil, además del gimnasio, el comedor y el salón de actos.

Tanto el equipo docente como los padres esperan que finalice la obra para que los alumnos que ya están en el centro puedan tener gimnasio y pistas deportivas, así como actividades extraescolares, que hasta ahora no han podido tener por falta de espacio.

LOGROS Y DEMANDAS José Antonio Hernández explicó que se ha conseguido "que haya normalidad, a pesar de la situación de provisionalidad y de tener una obra a escasos metros".

"Era un proyecto en el aire que al final ve la luz. Empezó con mal pie y ahora estamos encantados", según Laura Cadenas, presidenta de la asociación de madres y padres de los alumnos (ampa), que elogió la labor del equipo docente "que se ha volcado con el proyecto y nos hemos sentido todos muy arropados por ellos".

Laura Cadenas explicó que la incertidumbre inicial que han vivido los padres ha dado paso a la ilusión, al ver cómo el colegio iba cobrando forma. "En ningún momento la obra ha perturbado la actividad en las aulas y los profesores se han esforzado porque los niños realicen educación física en el pequeño patio de Infantil". Según dijo, "no se ha dejado de hacer ninguna actividad", prueba de ello es que la función de Navidad se hizo en el salón de actos del Oscus, que les cedió este colegio.

Lo que sí echa en falta la ampa es la mejora de los accesos al colegio. "Hay un paso de cebra que está tan borrado que los coches no paran porque no se ve. Tampoco hay señalización". Esta demanda será trasladada al ayuntamiento después de la asamblea general del ampa, que se celebrará una vez se aprueben sus estatutos.