María José Ruiz, su marido, guardia civil, y sus tres hijos fueron cinco de las víctimas del atentado de ETA contra la casa cuartel de Zaragoza en 1987. Han pasado 31 años, pero aún sigue muy presente en su memoria. Tras explosionar la bomba, no sabía si sus hijos -el mayor de nueve años y la pequeña de uno- estaban vivos o muertos. Tuvo más suerte que las once personas que fueron asesinadas, entre ellas seis niños.

Ayer acudió al homenaje que la ciudad les brinda cada año coincidiendo con el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo y el aniversario de los atentados de Madrid, de los que se cumplen 15 años. Fue la encargada de depositar un ramo de flores en la rotonda que tienen dedicada en la avenida Sinforiano Madroñero. «No pueden pretender que olvidemos lo que han hecho con nosotros porque nos rompieron la vida. Yo tengo un antes y un después del atentado, y como yo, todos», dijo. María José lamentó que las víctimas hayan estado «muy olvidadas» y se haya tardado en reconocer que sufren «desde el minuto cero».

Antonio Guerra, en nombre de la Asociación de Víctimas de Terrorismo (ATV), señaló que el de ayer era un día para recordar a quienes sufrieron el atentado del 11-M, pero también al resto de personas que han vivido en sus carnes el terrorismo, para los que reclamó «verdad, memoria, justicia y dignidad». Pidió que se cuente la historia del terrorismo en España «sin manipulaciones» -dijo que para ellos el 11-M es un «caso abierto»-, exigió que se resuelvan los atentados que han quedado impunes y se detenga a la veintena de terroristas que siguen en libertad y que los que están en prisión cumplan íntegramente sus condenas. Asimismo, demandó reformas legales para penalizar el enaltecimiento del terrorismo, reivindicó la importancia de recordar a las víctimas e instó a la sociedad a que no vea sus reclamaciones como algo ajeno «porque está en juego la fortaleza del Estado de derecho».

«Vuestros daños tanto los físicos como los del alma son nuestros», dijo a las víctimas el alcalde, Francisco Javier Fragoso, quien aseguró que su sacrificio no ha sido en vano, pues gracias a él se puede disfrutar de una sociedad en plena libertad, aunque «aún amenazada». Además de Fragoso, al acto asistieron el subdelegado de Gobierno en Badajoz, Francisco Mendoza, el portavoz municipal del PSOE, Ricardo Cabezas, y responsables de la Guardia Civil y las policías local y Nacional.