De blanco impoluto, con plumas y lentejuelas, colgados de una estrella sostenida por una enorme grúa, salieron anoche los acróbatas de la compañía Bravo Show Makers, que abrió con su espectáculo circense y de danza el programa de la Noche en Blanco en la plaza de España y que luego se dirigió a San Francisco para continuar con sus equilibrios.

La noche no se hizo esperar y miles de personas se dirigieron a la fachada del ayuntamiento para no perderse ni un minuto de esta actividad que cumplió anoche su cuarta edición, con más de 130 actividades en más de 80 emplazamientos, la mayoría del Casco Antiguo, a excepción de la Torre de Caja Badajoz, que se sumó a la celebración con visitas guiadas que congregaron a gran número de visitantes que hicieron cola desde primera hora.

El alcalde, Francisco Javier Fragoso, se mostró "francamente satisfecho" de la respuesta de la Noche en Blanco entre quienes salieron a disfrutarla. "Hoy es la gran fiesta de la cultura donde todo el mundo y a todos los niveles puede disfrutar en la calle de una noche dedicada a multitud de expresiones culturales", comentó y puso el acento en que esta cita de septiembre ofrece la oportunidad a mucha gente de poder conocer el patrimonio de la ciudad. La plaza Alta, la de San Francisco, la Soledad, San Andrés, Minayo y San Atón estaban repletas. El único cambio en la programación fue el concierto previsto en Memoria de Menacho, que se trasladó al Salto del Caballo.

Entre las novedades que incorporaba el programa estaba poder visitar por primera vez la iglesia de la Concepción, recientemente adquirida por el ayuntamiento, así como los dos conservatorios también abrieron sus puertas. "La gente quiere participar", señaló el alcalde en relación a la enorme afluencia de público y eso demuestra que "es un dinero muy bien invertido".

Fragoso quiso además reconocer el apoyo que a esta iniciativa prestan establecimientos hosteleros que se sumaron a la oferta de la Noche en Blanco con actividades propias.