Un edificio sobrio, versátil, moderno y clásico a la vez e integrado en el entorno, en el que no se impone, sino que dialoga con el resto de los que hay alrededor. Así definieron ayer su propuesta los arquitectos Ángel Ganivet y Juan Carlos Sánchez, ganadores del concurso de ideas convocado por la Fundación CB para el diseño de su nueva sede, que se levantará frente a la puerta del Capitel y que también tendrá fachada hacia la plaza de Santa María.

Los arquitectos explicaron que su intención siempre fue diseñar un edificio «que gustase a todo el mundo» y que, ante el temor de perderse en las múltiples referencias del entorno -la plaza Alta, la de San José, la puerta del Capitel, el Museo de Luis de Morales o la iglesia de Santa Catalina-, decidieron apostar por soluciones que le sirvieran «de guía». Así, dos elementos sobresalen entre el resto y organizan la distribución del inmueble: un salón de actos entre dos frentes acristalados, flanqueado por un jardín vertical y una amplia terraza que comunica con una cafetería, y un escenario (podium), en el que se podrán desarrollar actividades al aire libre y que sirve para conectar el edificio con la plaza de Santa María, que se pretende convertir en un «espacio más» de los tres edificios culturales (el museo, la iglesia de Santa Catalina y la sede de la Fundación CB).

Las fachadas tienen un tratamiento diferente para garantizar esa integración en el entorno. La que da a la puerta del Capitel, se tratará «con delicadeza», restaurando muros y cubiertas y se ganará una tercera altura que se destinará a terraza-mirador de la sala del patronato. Esta será la entrada institucional, que da acceso a la zona de oficinas.

La fachada que da a la plaza de Santa María será de celosía de cerámica vitrificada blanca y mate, que permitirá el paso de la luz natural al interior del edificio, pero también que la luz artificial se proyecte hacia el exterior. Este será el acceso público, con una entrada muy discreta en recodo, para dejar a la vista las cuatro salas de usos múltiples, que a través de cerramientos móviles se podrán alterar en función de las necesidades de uso. También habrá una biblioteca.

El edificio se ha diseñado para que deba ser recorrido en su totalidad, para que sirva de espacio expositivo. El proyecto conserva los restos arqueológicos de valor hallados en las excavaciones, dejando a la vista a través de cristales los aparecidos en el suelo, y conservando íntegramente un arco y una bodega.

En cuanto a la plaza de Santa María -el concurso incluía un proyecto de reforma de este espacio-, la propuesta de los arquitectos es, además de ese escenario que servirá de transición con la sede de la Fundación CB, la eliminación de las escalinatas más próximas a la calle Montesinos, que se sustituirán por una loma verde con árboles, junto al que se instalará un quiosco de bebidas de tipo «romántico», dejando el resto de la plaza libre para distintos usos. Además, la anchura de la calle paralela a la iglesia de Santa Catalina se duplicará para convertirla en un bulevar con árboles que den sombra a la zona.

El presidente y el director de la Fundación CB, Emilio Vázquez y Emilio Jiménez, respectivamente, presentaron ayer el proyecto ganador acompañados por el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y Antonio Ortiz, decano del Colegio Oficial de Arquitectos, en cuya sede se exponen desde ayer el proyecto ganador y los otros nueve finalistas. Fragoso volvió a reiterar el compromiso de que el ayuntamiento materializará la reforma de la plaza de Santa María, una actuación que, según los responsables de la entidad, cuenta también con el beneplácito del resto de las fuerzas políticas.

En cuanto a los plazos, Jiménez aseguró que hoy mismo se empezará a trabajar con los arquitectos para «acortar los plazos lo máximo posible». El deseo de la fundación es que las máquinas puedan comenzar a trabajar en el solar el próximo mes de diciembre y que los trabajos no se prolonguen más allá de 24 o 26 meses, para poder inaugurar su nueva sede en menos de 3 años. En este sentido, confiaron en la colaboración de la Junta y el ayuntamiento para que los trámites administrativos y los permisos -el proyecto debe recibir el visto bueno de la Comisión de Patrimonio- se resuelvan con celeridad.