Tras 10 días cerrado, con anuncio fallido de reapertura, el nuevo cruce de la BA-20, que comunica la avenida Antonio Cuéllar Gragera con el Cerro de Reyes, puede ser utilizado desde ayer por los conductores. La intersección se reabrió al mediodía de manera definitiva y con «normalidad», según confirmaron fuentes del ayuntamiento. Era la Concejalía de Infraestructuras la que tenía que dar el visto bueno para su puesta en servicio después de que se llevaran a cabo distintas actuaciones para reforzar la seguridad en este punto, tomadas tras los dos accidentes con heridos ocurridos en 24 horas los días 6 y 7 de enero.

La concejala de Policía Local, María José Solana, anunció el pasado viernes que el cruce se reabriría el lunes. Pero no fue así. Como ya informó este diario, ese día aún se estaba instalando el fotorrojo --se trasladó a este punto el ubicado en la avenida Fernando Calzadilla a la espera de que llegase el nuevo que solicitó la policía local--, reponiendo el semáforo que uno de los vehículos accidentados se llevó por delante y ampliando y modificando parte de la señalización horizontal. Antes ya se habían colocado bandas sonoras y se habían podado los setos de la mediana.

Solana aseguró que se había decidido acometer estas actuaciones para reforzar la seguridad en este punto pese a que, según los atestados policiales, la causa de los dos accidentes ocurridos en esta intersección se debieron al «exceso de velocidad» de los vehículos, cuyos conductores, en ambos casos, se habían saltado el semáforo con el disco en rojo.

Además del fotorrojo, que detecta a los vehículos que no respetan las señales semafóricas, la policía local realizará en el nuevo cruce controles de velocidad con el radar móvil. Ayer había una pareja vigilando la circulación tras su reapertura.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Pardaleras, Juan José Martín, confió en que con las medidas de seguridad habilitadas no se produzcan nuevos accidentes en este punto, «porque hay otros siete más en la autopista y no existe ningún problema». A su juicio, el cruce se abrió de manera «precipitada» y las actuaciones que se han llevado a cabo en los últimos días se tendrían que haber acometido antes de su puesta en servicio.

Martín recordó que en este lugar el Plan General Municipal prevé una rotonda que, según dijo, debía correr a cargo de los promotores del desarrollo de una parcela aledaña. De hecho, según aseguró, en su día se realizaron los estudios topográficos y una arquitecta hizo un proyecto de la glorieta, pero la crisis frenó estos planes. No obstante, el representante de los vecinos, defendió que el cruce regulado por semáforos es «una solución provisonal», porque, aunque no permite el giro en todas las direcciones, acorta los recorridos para comunicar la barriada con las carreteras de Valverde o de Olivenza. Sí cree que hay algunas deficiencias en la actuación, como la colocación de un semáforo en una tramo de acera estrecho de Antonio Cuéllar Grajera, que linda con una parcela con terraplen, por lo que urgió que se reponga la valla de proteción que había.