TAtunque los frikis de los Social Media aseguran que están ya de vuelta en el manejo y conocimiento de las redes sociales; para una gran mayoría, facebook, twitter o cualquier otra de los cientos de redes sociales que existen, siguen siendo un mundo nuevo con unas posibilidades de comunicación que eran impensables hasta hace muy poco tiempo.

Que tus reflexiones, deseos o simplemente el comentario de lo que vas a hacer ese día, puedan ser leídos, valorados, aplaudidos o, incluso, criticados, por una infinidad de personas, a muchas de las cuales ni tan siquiera conoces, supone para muchos una irresistible experiencia.

Tanto es así, que como dice un amigo: "hasta el más tonto tiene ya un perfil en facebook". Claro que no todos manejan igual las redes sociales. Y menos mal, porque algunos casos son de estudio. De hecho, yo diría que las redes sociales están creando nuevos tipos de personalidades.

Están aquellos que de repente han sentido un deseo irremediable de decirle al mundo lo que hacen en cada minuto de su vida. Es agotador y, por supuesto, acaba interesándole a cuatro.

Otros se crean un mundo fantástico e imaginario midiendo su capacidad de liderazgo en función de los comentarios o seguidores que tengan.

Está el simple ignorante, que es aquel que cree que sus palabras no tienen repercusión y si la tienen, le da igual, porque piensan que se puede ser una persona fuera de las redes sociales y otra cuando estás dentro. Los dos políticos del PP cesados estos días por sus comentarios en las redes sociales pertenecen a este grupo.

Y luego está el grupo más numeroso, en mi opinión: los nuevos cotillas. O dicho de otra forma: la versión tecnológica del cotilla de toda la vida. Es decir, esa persona que no hace aportación alguna, pero que se conecta dos o tres veces al día para, simplemente, enterarse de lo que pasa a su alrededor. Y es que algunos han cambiado el postigo de la puerta por el clic del ratón.