Perder la casa es un proceso traumático que cada día tienen que afrontar más personas. La crisis y el paro casi han duplicado en sólo un año el número de familias pacenses que se han visto obligadas a abandonar su vivienda por no poder pagar el alquiler o la hipoteca.

Este problema se ha trasladado a los juzgados de la ciudad, donde los juicios y los lanzamientos se han incrementado de forma paulatina en los tres último años y las previsiones es que siga esta tendencia a lo largo del 2011.

En el 2010 los lanzamientos (el acto material de sacar de la vivienda a los moradores) por desahucios en arrendamientos y por hipotecas aumentó un 80%. De 88 lanzamientos en el 2008, se pasó a 126 en 2009, una cifra que alcanzó los 221 el pasado año.

Esta situación afecta de igual forma a vecinos de todos los barrios de la ciudad, aunque es en las zonas con nuevas urbanizaciones o residenciales habitadas por parejas jóvenes con hipotecas elevadas donde está habiendo más problemas. Donde menos casos se dan es en la zona centro y en aquellos puntos donde se concentra la población mayor, que ya ha pagado su vivienda, así como en los poblados.

"La gran sangría de la crisis son los hipotecarios", según Dolores Ovando Murillo, secretaria del Servicio Común de Actos Procesales Externos, conocido en Badajoz como Scape, un servicio que se ocupa de los actos de los juzgados en la calle, es decir de la comunicación (citaciones, notificaciones, requerimientos o emplazamientos) y de la ejecución de los lanzamientos.

"Antes había muy pocos hipotecarios porque todo el mundo pagaba sus hipotecas y los bancos daban muchas facilidades, pero esto ya se ha acabado. También antes podía ayudar la familia, pero ahora todo el mundo está afectado por la crisis", según Dolores Ovando.

Esta nueva situación ha cambiado la mentalidad de la gente ante la pérdida de su casa, lo que antes se vivía como un drama ahora se ha normalizado. "Hace tiempo venían llorando, pero con la crisis se han mentalizado porque ven que hay mucha gente en esta situación y lo asumen, ya no es una vergüenza".

REINCIDENTES En menor medida han aumentado los desahucios, aunque sí han proliferado los "profesionales" de los arrendamientos y ha aumentado la "picaresca", según Dolores Ovando. Por su experiencia al frente del Scape, conoce casos de inquilinos "a los que hemos echado diez o quince veces de viviendas alquiladas".

Estos "profesionales" son personas con buena presencia que alquilan una casa "y el propietario queda encantado, más ahora que todo el mundo quiere arrendar, y como sabe que tarda cinco o seis meses en llegar al lanzamiento están ese tiempo aprovechándose".

Además, estos saben de antemano el día que se les va a echar, por lo que "unos días antes se buscan otra casa y se trasladan, muchos incluso dentro del mismo barrio, para evitar que lleguemos allí con la policía y los camiones de la mudanza", relató.

DISGUSTOS La necesidad de arrendar por parte de los propietarios hace que muchos se lleven grandes disgustos, "porque con tal de arrendar no piden las mínimas garantías y luego se ven en el juzgado".

Los lanzamientos en Badajoz suelen ser "pacíficos y civilizados". Cuando los funcionarios del Scape llegan suelen encontrar los pisos vacíos, sus moradores se han marchado ya --normalmente a otra vivienda o a casa de algún familiar-- para que la situación sea menos traumática.

Los plazos para abandonar las viviendas varían en función de si se detiene el proceso a petición de la parte actora o de que finalmente se produzca un acuerdo con el banco, aunque estos trámites suelen agilizarse por parte de los juzgados y en el Scape. En el caso de los arrendamientos se están señalando los juicios para dos meses y los lanzamientos para otros dos.

A los funcionarios les cuesta varios desplazamientos hasta que el lanzamiento es efectivo, porque no les abren la puerta y no cogen las notificaciones. En algunos casos los vecinos suelen ser más colaboradores que en otros. "En la zona de la Estación y en San Roque son más colaboradores, la gente cuanto más humilde colabora más. En Las Vaguadas o Valdepasillas, es complicadísimo hacer una citación, no abren, nunca saben nada de los vecinos, o dicen que es la empleada del hogar cuando es la dueña".