Hoy hace cuatro años, el 5 de noviembre de 2016, un grupo de amigos, a título particular y representándonos a nosotros mismos, nos presentamos en el Ministerio de Fomento en Madrid e hicimos entrega en el Registro de un escrito que solicitaba, justificándolo con un extenso argumentario, ‘Extremadura, Tren Digno 2017, AVE 2020’. El día antes había tomado posesión como Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, como consecuencia de un pacto de legislatura con Ciudadanos, PNV y Foro Asturias, en el que se obligaba el Gobierno a realizar inversiones para el desarrollo del Corredor Mediterráneo, llevar el AVE a Asturias y al País Vasco y abrir un debate sobre las infraestructuras y conseguir un pacto a diez años que priorizase o descartase las inversiones en función de su rentabilidad.

No nos esperábamos nada bueno. Si hasta ese momento nos habían engañado desde hacía décadas, con gobiernos de coalición en los que se intercambiaban votos por intereses muy locales, podríamos seguir esperando con el AVE a Madrid o el tren a Puertollano, las autopistas a Valencia, a Granada o a Huelva, los regadíos, las conexiones eléctricas o las digitales. Mal futuro nos esperaba. Y bien pronto intensificaron sus acciones los lobbies del Corredor Mediterráneo y los grupos de presión del norte para exigir las inversiones comprometidas.

Al Sudoeste Ibérico nos quedaban pocas alternativas, aunque la única que veíamos era la resignación, el conformismo y las lamentaciones. Y también, claro está, las guerrillas políticas del «y tú más», «la culpa la tienes tú» y «cuando tu gobernabas no la hacías y ahora lo hacemos nosotros». Unos por otro y la casa sin barrer.

Ya no podíamos seguir estando en la inopia. En febrero del 2017 un grupo de empresas de la región se agruparon en una plataforma, inicialmente denominada Extremadura en Red, y posteriormente Sudoeste Ibérico en Red, agrupando intereses de todo el Sudoeste Ibérico.

Dedicaron recursos y esfuerzos, de manera perseverante, para contribuir a crear las condiciones para que las inversiones se hagan realidad lo antes posible. Ya ni tenemos la inocencia de entonces, ni la desinformación. Ya no podemos decir «Extremadura Tren Digno 2017, AVE 2020», pero sí podemos exigir que en el año 2021 (Objetivo 21) podamos tener un servicio de tren diario entre Lisboa y Madrid, pasando por Extremadura. Sabemos que no se hará solo, pero que con voluntad política y social es posible.

Podemos exigir que en el año 2025 (Objetivo 25) pueda haber un tren electrificado entre Lisboa y Madrid pasando por Extremadura, sabemos que es difícil, y no va a venir solo, pero con voluntad política y social, es posible y será un gran paso. Y sabemos que en el 2028 (Objetivo 28) podría empezar a correr un AVE entre Lisboa y Madrid.

Sabemos que no es fácil, pero que consiguiendo la voluntad política y social, puede ser una realidad. Y si puede ser deberíamos esforzarnos todos para que sea. Lo vamos a intentar, pero necesitamos la voluntad política y social colectiva para forzar a que sea. Y en ello estamos. Y seguiremos explicándolo para que veamos que es posible y debemos intentarlo con el mayor apoyo y consenso político y social.