Primavera del 2021. Es la fecha que la Consejería de Educación estima, si no surgen imprevistos, para el inicio de las obras de ampliación del instituto San Fernando de Badajoz, que permitirán agrupar a todo el alumnado en un único edificio. Ahora sus más de 1.100 alumnos se reparten en dos: en el principal, situado en la avenida Augusto Vázquez, y en unas antiguas instalaciones del colegio Juan Vázquez, ubicadas a unos 500 metros, donde se imparten primero y segundo de la ESO.

En esta actuación, que la comunidad educativa lleva reclamando desde hace casi dos décadas, la Junta invertirá 2,4 millones de euros. El Ayuntamiento de Badajoz concedió la licencia de obra la semana pasada, según confirmaron a este diario fuentes municipales, y en cuanto Educación reciba la comunicación oficial, que se prevé que sea en cuestión de días, iniciará el proceso para redactar los pliegos y sacar a licitación los trabajos. El plazo de ejecución, una vez adjudicados, será de 20 meses.

El proyecto de reforma y ampliación del instituto San Fernando, redactado por el estudio Arquitectura e Interiorismo Simbiosis, plantea la construcción de dos piezas: una destinada a aulas y otra a gimnasio, que se dispondrán en forma de L para generar un patio interior entre los edificios y que funcionará como organizador de todo el conjunto. Como se trata de una intervención en un espacio en el que ya hay edificaciones previas, en las nuevas se va a imitar la volumetría y el acabado de las ya existentes (ladrillo visto) para conseguir «un conjunto perfectamente integrado» y garantizar la «armonía» con el edificio principal. No obstante, se las dotará de algunas características propias para que se distingan «levemente» de las antiguas.

El nuevo bloque de aulas consta de tres alturas. La baja se libera casi en su totalidad convirtiéndose en un porche, a través del que se accede al edificio, donde también se ubicará la nueva sala de calderas, que dará servicio a todos los edificios del centro. La primera y segunda planta son iguales, con cuatro aulas con capacidad para 30 alumnos cada una (orientadas al norte para garantizar la iluminación natural), dos aulas más de desdoble y aseos.

El aulario se ha dispuesto como conexión con el lateral del inmueble principal existente, de forma que con un solo ascensor se resuelve la accesibilidad en los dos edificios de aulas, el nuevo y el que ya existe.

En cuanto al gimnasio, consta de dos partes: una banda con espacios de servicio, vestuarios, aseos, ducha, despacho y almacén, y otra, con más altura, destinada a la pista de juegos, que tendrá una apertura en el cerramiento para vincularla cuando sea necesario a las pistas deportivas exteriores. Los aseos del gimnasio tendrán un acceso directo desde el patio.

En esta actuación también se intervendrá en las edificaciones que ya existen. Así, el actual gimnasio se transformará en biblioteca, se recuperará el salón de actos, que actualmente es utilizado como aula de informática, y se reubicará la secretaría en el espacio que quedará libre al trasladar la biblioteca.

Ahorro y accesibilidad

La nueva edificación dispondrá de una envolvente térmica que reducirá «drásticamente» el gasto de energía, a lo que también contribuirán la sustitución actual de la caldera de gasóleo por una nueva de gas natural, así como un sistema de ventilación de las aulas mediante recuperadores de calor, que evitarán pérdidas térmicas.

Asimismo, todos los espacios se han diseñado para que sean accesibles, con un único itinerario que permite su uso universal, sin escalones ni rampas especiales.

El proyecto también contempla la demolición del edificio exento que hay en el patio, pequeño y de difícil adaptación en materia de accesibilidad, con lo que se ampliará la superficie de este último, al tiempo que se permitirá que no queden «excesivamente» juntos las construcciones nuevas de los actuales.