La restauración de la torre de la Atalaya ha dejado al descubierto el arco que une el muro principal con la alcazaba y que tapaba una tapia, así como un andamiaje de madera del siglo XII. Fernando Valdés, encargado del seguimiento arqueológico, afirmó que que las obras continúan en el interior, donde sólo se eliminan humedades, y en el exterior, donde se restaura el templete superior, las almenas y los muros con lucido de mortero de cal cruda. La obra comenzó en junio y tiene un presupuesto de 297.989 euros. La torre más emblemática de Badajoz sufría el efecto del tiempo y de edificaciones adosadas. La obra servirá para reponer el alumbrado y arreglar el jardín de la Galera, donde se ha liberado la puerta de Mérida.