Hace dos años que un grupo de residentes de Suerte de Saavedra, tras reactivar la asociación vecinal, decidieron ponerse manos a la obra para mejorar su barriada. Comenzaron limpiando las innumerables pintadas que había en las fachadas y bajos de los bloques de viviendas de calles como Olof Palme y Eduardo Naranjo, entre otras. Unos botes de pintura, unos rodillos y la voluntad y el trabajo de unos cuantos fueron suficiente para eliminar las ‘marcas’ que desde hacía años afeaban el entorno.

Esa fue la primera de una cada vez más larga lista de actuaciones en espacios públicos. Los vecinos también han recuperado las pistas de petanca, han limpiado y desbrozado solares, plantado árboles, reparado las baldosas sueltas de algunas aceras y han construido acerados y una rampa para hacer accesible la sede de la asociación de vecinos. En estos momentos, centran sus esfuerzos en crear una pequeña plazoleta junto a este local, para la que ya han solicitado al ayuntamiento cuatro bancos y un columpio.

Fernando Gonçalves, presidente de la asociación de vecinos y uno de estos obreros altruistas, asegura que aunque siguen siendo tan solo un pequeño grupo de personas las que se han implicado en estas tareas, lo «importante» es que el resto respeta lo que se está haciendo. «Eso es lo que más nos interesa», afirma.

Además de dedicarse a mejorar la barriada con sus propias manos, la asociación mantiene una destacada función reivindicativa. Han levantado su voz para exigir que se acabe con la plaga de orugas que afecta a sus árboles, han recogido firmas para reclamar que se solucionasen los continuos reventones en la red de agua --por ahora, están funcionando las válvulas que se han colocado y desde Navidad no se han registrado nuevas roturas-- y hace poco han iniciado una nueva campaña para buscar apoyos a su reivindicación de que se cree un centro de mayores en Suerte de Saavedra. Ya han reunido unas 2.000, que entregarán en el ayuntamiento el próximo 10 de abril. También han buscado un local en el que podría habilitarse, junto al supermercado. «Es de un particular y está dispuesto a alquilarlo a un precio asequible», defiende Fernando Gonçalves, quien consiera que este servicio es más «necesario» que el carril bici o la ampliación del centro social que se prevé acometer con cargo a los fondos de la Edusi.