Lo que pudo ser un logro político por la aprobación unánime de la nueva ordenanza que regula la venta ambulante en Badajoz, durante el pleno extraordinario celebrado ayer en el ayuntamiento, se vio ensombrecido por la protesta de los vendedores ambulantes, que se han sentido traicionados por el alcalde, Miguel Celdrán, porque cuando se manifestaron hace dos semanas se comprometió a retrasar la aprobación de esta ordenanza para estudiar las propuestas del colectivo, relativas fundamentalmente a la ordenación de los puestos en la nueva ubicación del mercadillo de los martes. El jueves pasado trasladaron sus propuestas al ayuntamiento pero ese mismo día ya estaba convocado el pleno de ayer. Tras lo ocurrido, los vendedores decidieron suspender el mercadillo de hoy y concentrarse ante el ayuntamiento. Además, no descartan protestar también el domingo.

Antes de comenzar la sesión plenaria, medio centenar de vendedores entraron en el ayuntamiento pero solo unos pocos pudieron acceder al salón de plenos. La nueva ordenanza se aprobó con los votos a favor de los tres grupos municipales. La concejal socialista María de los Angeles Martín de Prado abogó por que se aplique y "no se quede en papel mojado", al mismo tiempo que solicitó al PP que dialogue con el sector y llegue a acuerdos con los vendedores. El concejal de IU, Manuel Sosa, también votó a favor porque desde un principio creyó que la propuesta era "valiente" y las alegaciones han mejorado el texto, además, comentó que tras las movilizaciones, la ordenanza le seguía pareciendo válida porque los vendedores no se habían dirigido a su grupo para transmitirle sus reivindicaciones.

Una vez que el concejal de Mercados, Alberto Astorga, enumeró las bondades de la nueva regulación, el alcalde levantó la sesión y en ese momento, uno de los vendedores ambulantes pidió la palabra en voz alta y tras comprobar que no había posibilidades, otro gritó: "esto es una dictadura", al mismo tiempo que reprochaban al alcalde que se comprometiese a hablar con ellos y no lo haya hecho. "El alcalde ha faltado a la verdad, es un mentiroso", decían.

A la salida, Vitoriano Silva, en nombre del colectivo, manifestó a la prensa que con lo ocurrido "Celdrán demuestra que no es una persona seria, nos ha ninguneado" y pidió la dimisión de Astorga, al mismo tiempo que señalaba que los vendedores ya no se creen que se vaya a negociar con ellos, una vez aprobada la ordenanza. Otro representante, Antonio Salazar, pidió a Monago que se cree una comisión de trabajo, pero el concejal no respondió. Posteriormente compareció el concejal de Mercados, quien dijo que todavía está por ver si el mercadillo de los martes se traslada al lugar anunciado, aseguró que los técnicos están valorando las propuestas de los vendedores y manifestó que a los que hoy paren se les apercibirá por abandonar su puesto "sin causa justificada".