La nueva Ordenanza Municipal de Inspección para la Gestión Integral del Agua, referida a los vertidos y la depuración de las aguas residuales de la ciudad, será aprobada definitivamente en el próximo pleno que se convoque para este mes. A esta ordenanza, que se aprobó inicialmente, en el pleno celebrado el pasado 3 de marzo se presentaron una serie de alegaciones por parte del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, "relativas a la redacción y la terminología, pero que no afecta al espíritu de la ordenanza", según explicó el concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo.

Una vez subsanadas las correcciones que se indicaban en las alegaciones, la ordenanza pasó ayer por la Comisión de Urbanismo y se aprobará definitivamente en este mes.

Con esta ordenanza el ayuntamiento regula por primera vez el vertido de aguas residuales a la red de saneamiento y el tratamiento de éstas. El objetivo es que el agua que llegue a la estación depuradora que se encuentra junto al azud, en la margen derecha del Guadiana, pueda ser tratada para conseguir una calidad de acuerdo con las exigencias de los organismos competentes para la protección de los cauces públicos y los acuíferos subterráneos.

Establece el uso obligatorio del alcantarillado público para todos los usuarios, salvo excepciones controladas, y establece la desaparición de fosas sépticas.