Cuando pedí ver el cuerpo de mi hijo, me llevaron a un sótano donde había tres cajas de madera basta, sin decirme cuál de ellas era. Cogí las tres en peso y me abracé a la que menos pesaba, porque era un recién nacido. Pedí que me la abrieran para vestir y ver el cuerpo de mi hijo, pero una monja comenzó a dar gritos y a vociferar diciendo que no, que eso no podía ser. Y lo siguiente que recuerdo es que iba camino de la prisión. No sé si me pusieron un calmante o qué, pero no recuerdo nada más de esos momentos".

Esta es parte de la historia que ha contado a este diario Carmen Zarcero Zarcero, una mujer de Badajoz, donde vive con su familia, en Suerte de Saavedra.

Carmen Zarcero presentó una denuncia el pasado día 31 de enero de este año ante la Fiscalía de Huelva, ciudad en la que dio a luz, según ha manifestado y mostrado a este diario, porque sospecha que el hijo que le dijeron que murió a los 16 días de haber nacido en el entonces hospital provincial onubense, en el 1977, "en realidad no murió".

"Siempre sospeché que mi hijo no había muerto, que está vivo, pero nunca pude llevar el caso ante la justicia, hasta que en el 1997 lo puse en manos de un abogado, porque entonces podía pagarlo", afirmó.

Pero "después de dos años sin conseguir nada y tras recibir en su despacho a una familia de Huelva, comenzó a poner trabas y lo tuve que dejar. Estoy segura en un 99% que mi hijo no murió, que vive en alguna parte", manifestó Carmen Zarcero.

Tenía 17 años Carmen Zarcero cuando dio a su luz a su primer hijo. Entonces se hallaba en la prisión de Huelva cumpliendo una condena. "Yo era muy joven y mi primer marido me pidió que me inculpara de una cosa, porque era menor", explicó.

FECHAS QUE NO COINCIDEN De este modo, estando en prisión, nació su hijo. Fue "el 5 de enero del 1977 y no el 8 de enero, como ponía después el certificado de defunción", señaló.

Su bebé nació "ochomesino, dice el documento, pero en realidad era sietemesino", aclaró, y añadió que "un policía y su esposa se ofrecieron a quedarse con él para cuidarlo hasta que yo saliera, pero lo dejé en la incubadora porque tenía que ganar medio kilo de peso. Cuando me lo tenían que devolver, el bebé enfermó, me dijeron, y al día siguiente me avisaron de que había muerto".

Fue entonces cuando "no me lo dejaron ver, ni vestir, a pesar de tener permiso del juez para ello, y solo me dejaron bajar al sótano a ver la caja".

Carmen Zarcero retomó el caso cuando comenzaron a salir noticias de bebés robados y pidió los certificados de nacimiento, de defunción, el libro de partos, y entonces vio que "la fecha de nacimiento de su hijo no coincidía, y que la causa de la muerte había sido una colitis aguda a los 16 días de nacer". Ahora recuerda que "no avisaron a mis familiares, ni mí, y estaba en prisión bajo custodia de la justicia".

También señaló que "en el libro de partos, solo ponía mi nombre y no había datos del niño, ni peso, ni altura, ni sexo, solo que era ochomesino".

Ahora, tras la denuncia presentada en enero pasado ante la fiscalía onubense, Carmen Zarcero se ofrece a otras familias que pasen por circunstancias similares "para ayudarlas, porque yo he dado unos pasos y puedo colaborar si lo necesitan", dijo. De momento, no ha tenido noticias de la fiscalía.