Unas 150 personas participaron ayer en las tres visitas organizadas por Amigos de Badajoz y la Concejalía de Cultura al convento de Santa Ana, con las que se inició el calendario de visitas guiadas programado hasta mayo. De la mano de Marcos Pacheco y de Ángel González, de la asociación, los asistentes conocieron la historia y los tesoros que guarda el monasterio, donde están enterradas las entrañas y el feto de Ana de Austria, que falleció en la ciudad cuando acompañaba a Felipe II camino de Portugal para hacerse cargo del reino, y cuyo cuerpo embalsamado fue trasladado a El Escorial. También destacaron los guías en el recorrido por la iglesia, el coro, el museo, el archivo y el patio central del claustro, las imágenes de la Virgen de las Virtudes, que llegó de Madrid en 1618 y que fue copatrona de la ciudad con la de Bótoa durante dos siglos; el Cristo de la Salud Amarrado a la columna, así como importantes documentos y otros elementos significativos de la historia del monasterio, de sus relaciones con otros conventos de la ciudad y de la ciudad misma.

Para Pacheco, «la antigua indolencia de los badajocenses se ha transformado en interés por todo lo que hacemos; antes éramos desconocedores de nuestra historia y patrimonio y hoy se ve un interés que convierte en masiva las convocatorias que se hacen».