Badajoz nos ha hecho correr y adelantar un mes la obra sobre el plazo previsto, la gente nos ha empujado porque cuando dejábamos un pequeño espacio para paso, enseguida era asumido e incorporado". De este modo presentaron los arquitectos Daniel Jiménez y Jaime Olivera su proyecto de recuperación del jardín histórico y puesta en valor del entorno de edificios emblemáticos --Teatro López Ayala (siglo XIX), la iglesia de San Juan Bautista (siglos XIII-XVIII) y el antiguo hospital provincial San Sebastián (siglo XVII)-- de la plaza de Minayo, que ayer visitó el alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán, con motivo de la terminación de las obras.

Daniel Jiménez afirmó que los ciudadanos "también han colaborado en el proyecto dándonos su parecer cuando les preguntábamos dónde creían ellos que se deberían colocar las sillas, nos decían más a la sombra, y una vez puestas, enseguida las ocupaban".

Para los arquitectos, "la plaza tiene un sentido de anonimato, no por falta de autor, sino que ya es de mucha gente y ha habido muchas empresas trabajando en sintonía una vez superadas las discrepancias iniciales del ayuntamiento".

Así lo ratificó el alcalde al felicitarles y reconocer que el resultado de lo que llamó "una atrevida modificación" para convertir la plaza en plataforma única, unida al parque de San Francisco, le agradaba a pesar de sus reticencias iniciales.

Destacó, tras una visita para ver los elementos de la plaza --fuente, arriates, plantas, paseos, sillas de madera de iroko y de acero ancladas al suelo, papeleras como las del entorno, farolas como las de San Francisco y la estatuto de Moreno Nieto sobre un pedestal limpio--, su desahogo y la mejora del entorno del teatro, la iglesia y el hospital.

Celdrán deseó que la plaza sea "del gusto de los vecinos" y recordó que quedan algunos detalles pendientes, como pintar la fachada del Teatro López de Ayala y la instalación de un proyector para anunciar eventos de la ciudad sobre ella.

También la comodidad de pasear por plataforma única desde San Francisco hasta la Alcazaba. En este sentido, el alcalde no descartó ampliar la plataforma, aunque no especificó por dónde podría continuar un próximo proyecto, hoy condicionado a la situación económica.

El proyecto de remodelación se ha realizado sobre una superficie de 3.600 metros cuadrados, con 500 de zonas ajardinadas con árboles y plantas, y con un coste de 1,2 millones de euros.

La obra ha requerido 230 metros cúbicos de granito de Quintana y de Villar del Rey, "equivalente al peso de 90 elefantes o dos aviones 747", cuyas piezas han sido dibujadas expresamente para su corte en la cantera.