"Estoy muy contenta con la ciudad que tenemos porque siempre responde magníficamente bien". Son palabras de la concejala de Cultura, Paloma Morcillo, que ayer valoró cómo ha transcurrido la fiesta de Al Mossassa. Y es que a pesar de la lluvia y de que seguramente vendedores y tascas no han hecho la caja que preveían debido al mal tiempo, las plazas donde se ha desarrollado la fiesta se han llenado y cuando el agua caía el público se cobijaba bajo los soportales para volver a salir cuando cesaba la tormenta.

No es la primera edición que fastidia la lluvia y de hecho hay quien ha planteado celebrar la fiesta de Al Mossassa en otras fechas, pero esta posibilidad se ha descartado porque no hay fin de semana disponible en septiembre, después de La Noche en Blanco y el certamen de pintura al aire libre, dado que el programa requiere mucha preparación y en agosto sería "inviable" por las altas temperaturas. "Cambiar de fecha es complicado", señala Morcillo, quien apunta además que ha coincidido que este año ha llovido en la Feria del Libro, Carnaval y Semana Santa... porque es imprevisible. A pesar del agua, se ha podido desarrollar todo el programa y aunque la noche del viernes se interrumpió la obra de teatro en la Alcazaba, sí se pudo representar el sábado y no solo se llenaron las gradas, con capacidad para mil personas, sino que había público de pie.

También al mal tiempo achaca la concejala el descontento de las tabernas, que este año por primera vez se han instalado en la explanada del Campillo, alejadas del mercado árabe, una reubicación que no ha convencido a los que están detrás de la barra, porque piensan que les ha restado público. Sin embargo, la concejala cree que si no hubiese llovido sí se hubiese acercado más gente y señala que no es posible que estén junto al mercado por problemas de seguridad pues aunque nunca ha pasado nada, una evacuación habría sido complicada. Además apunta que este año ha coincidido que los Jardines de la Galera están cerrados, que servían como elemento de conexión. Señala asimismo que antes podía parecer que había más tumulto en torno a las barras, porque el espacio era mucho más reducido.

De todas formas, la concejala recuerda que cuando se sorteó el espacio, los colectivos que llevan las tabernas "estaban contentos" porque en esta nueva ubicación hay más espacio. La intención de la concejalía es que las barras sigan en este lugar, si las obras del Campillo lo permiten, y que el mercado siga creciendo hacia abajo, pues ya tienen demanda de mercaderes que quieren instalarse en la próxima edición.

Respecto a las novedades que la próxima edición pueda incorporar, la responsable de Cultura apunta que ya el alcalde, Francisco Javier Fragoso, anunció en la inauguración que coincidirá con la clausura de las celebraciones del Milenio y habrá cambios, algunos de los cuales se podrán ir añadiendo. "Al Mossassa ha ido creciendo y ha evolucionado muy bien", recalca Morcillo, quien deja claro que nunca podrá faltar el mercado "que cada vez está siendo más árabe", rasgo que también ha marcado en una decoración más profusa, que la concejala pretende que se extienda a más calles en la próxima edición.