Diez años. Ese es el plazo máximo para que el Parador de Turismo de Badajoz abra al público. El presidente de la Diputación, Valentín Cortés, y el delegado especial de Economía y Hacienda, Roberto Carballo, firmaron ayer por la mañana la cesión gratuita por parte de la institución provincial a la Administración General del Estado del edificio del antiguo Hospital Provincial San Sebastián, en la plaza Minayo, para convertirlo en establecimiento hotelero. "Es un paso más. Esto no significa que las cosas empiecen ahora, porque llevamos ya mucho tiempo con ello, pero tampoco que terminen ahora", apuntó Cortés.

El presidente no se pronunció sobre los plazos en los que podría iniciarse las obras, ya que --dijo-- eso compete a su nuevo propietario, el Ministerio de Economía y Hacienda. Este diario solicitó información al respecto a la Delegación del Gobierno en Extremadura, pero no obtuvo respuesta.

El documento que ayer rubricaron ambas partes recoge que las obras deberán comenzar en un plazo no superior a cinco años a partir de esta firma y que deberá abrir como máximo otros cinco años después del inicio de esos trabajos. Asimismo, el documento obliga a que el edificio se destine durante un periodo mínimo de 30 años al uso para el que ha sido cedido y que su explotación y gestión se realice por parte del Estado o algún organismo público vinculado a éste. De no cumplirse estas condiciones, la finca revertiría en la diputación con todas sus mejoras o ésta percibiría una cantidad de dinero equivalente a su tasación en la fecha de la cesión, a lo que se sumaría el incremento del IPC o, si fuera mayor, a su tasación a precio de mercado del suelo y del inmueble.

El Estado dispondrá para el parador de turismo de un edificio rectangular de cuatro plantas con una superficie construida de 5.221 metros cuadrados en la planta baja, otros 4.686 en la primera; 4.415 en la segunda; y 4.383 en la tercera; así como una planta bajo rasante con 1.726 metros cuadrados. Además, se cede un sótano como segunda finca urbana de 1.676,34 metros. El valor de tasación de ambas ronda los 20,5 millones de euros. Las calles lindantes al inmueble fueron segregadas a favor del ayuntamiento y la capilla-museo del padre Rafael se cedió al Arzobispado de Mérida-Badajoz.