Teresa García y su hija son fervientes devotas de la Virgen de la Soledad, a la que visitan asiduamente en su ermita, a pesar de vivir en Cerro de Reyes. Pero este fin de semana el paseo ha sido más corto, porque han tenido a la patrona más cerca, en la iglesia de San Juan de Ribera, en Pardaleras. "Voy muy a menudo a verla a la ermita porque tengo mucha fe en la Virgen de la Soledad bendita y le pido muchas cosas, y hoy aprovecho que está más cerquita de mi barrio". Teresa propone que "tendrían que llevarla a todos los barrios, a todas las iglesias".

Como estas dos mujeres, otros muchos feligreses del entorno se acercaron ayer durante todo el día a ver de cerca a su patrona y a besar su medalla. Fue el caso de Belén, que se enteró por carteles de la visita de la Soledad a su parroquia y antes de ir a trabajar entró a verla. "Soy devota y me he acercado. Es la primera vez que la veo aquí y aunque fueran solo cinco minutos me apetecía venir, aprovechando que está cerquita de casa".

La imagen de la Soledad sale poco de su ermita. Solo en septiembre para la novena que se celebra en la catedral y en Semana Santa. En esta ocasión, con motivo de su Coronación Canónica, la hermandad la trasladará a cinco iglesias de la ciudad en los próximos meses. La primera parada ha sido en Pardaleras. La siguiente, después de Navidad, en San Fernando. Posteriormente a la nueva iglesia del Espíritu Santo, tras su inauguración. Luego a San Roque, y la última parada, en Cerro de Reyes, coincidiendo con el décimo aniversario del estreno de la iglesia construida tras la riada.

Al llegar a San Juan de Ribera, las camareras cambiaron a la imagen el traje del camarín por el manto de plata que usa cuando va a la Catedral, que data de 1904 y fue restaurado en el taller de Carmen Luengo, la camarera mayor. Para la visita, la iglesia ha sido adornada con numerosos centros de gladiolos blancos y un haz de luz directa enfoca la cara de la Virgen.

Como los hermanos son tan celosos de la protección de la imagen, fue trasladada en furgoneta la tarde del viernes ante la previsión de lluvia y esta mañana, sobre las 13.30 horas, volverá a hacerlo de la misma forma para regresar a su ermita. La Virgen irá acompañada de las camareras y costaleros en el vehículo, que irá escoltado por dos motos de la Policía Local para evitar incidencias de tráfico que pudieran causar un frenazo brusco.

El hermano mayor, Joaquín Gil, se mostraba pletórico por el recibimiento de los vecinos de Pardaleras. "Ha sido asombroso", decía. Ayer hubo Rosario de la Aurora, misa, rezo del Angelus con los enfermos y ofrenda de los grupos parroquiales. Esta mañana habrá ofrenda floral con niños y otra eucaristía de despedida. Mientras tanto, la ermita no se ha quedado "desamparada" porque en el lugar de la imagen original han colocado una más pequeña, "y además la iglesia huele a la Soledad, hay muchas personas que ni siquiera miran al camarín, entran, cierran los ojos y no se enteran de si está o no la imagen", narra Gil.