Me he estado resistiendo a escribir sobre fútbol y sobre nuestra selección, ´la Roja´ ya para casi todo el mundo, pero me rindo ante la evidencia. Porque es tanta la ilusión, tanto el júbilo, tanta la euforia, la alegría, la fiesta, la emoción y otros tantos adjetivos que se podrían poner a lo que está sucediendo estos días, tanto en Badajoz como en el resto de España, que es inevitable la multitud de columnas, artículos y toda clase de textos periodísticos que en los últimos días hablan sobre el Mundial de Suráfrica.

Y yo ya he leído de todo. Desde el sesudo sociólogo que analiza a través del fútbol el fenómeno de sentimiento colectivo que provocan las victorias de la selección, pasando por el periodista especializado en el ´tema nacionalista´ que interpreta y explica con alegría y asombro como ondean, sin rencores ni complejos, miles y miles de banderas españolas en Cataluña o el País Vasco, hasta aquellos que ansían --y proclaman su asuencia-- la misma unión de los españoles que estamos demostrando en torno a nuestro equipo nacional para otros asuntos importantes que suceden en los últimos meses en nuestro país.

¿Pero quién se acuerda estos días de esos problemas?, la crisis, el paro, la subida del IVA, el cambio de modelo productivo, el peligro de incendios, la violencia hacia las mujeres- Para satisfacción de aquellos que tienen la difícil tarea de buscar las soluciones a nuestros grandes problemas --es decir, para los políticos-- el españolito de a pie está, hoy por hoy, más preocupado por hacerse con las banderitas españolas de los chinos y llenar el frigorífico de cervezas, que de cualquier otra cosa. Estos días he llegado a escuchar a un señor que aseguraba estar en paro, dispuesto a aportar su parte proporcional a la millonada que cobrará cada uno de los jugadores de la selección por ganar el partido del domingo. Es la famosa pasión por el fútbol. La misma que demostraron los miles de aficionados que llenaron El Vivero para apoyar al C.D Badajoz en la fase de ascenso. Este año podríamos tener dos equipos en Segunda B. Y aunque todas las pasiones son efímeras, sería bonito que la ciudad también vibrara la próxima temporada con sus equipos.