Los vecinos del casco antiguo no se acaban de acostumbrar a las continuas molestias provocadas por las obras en sus calles. Desde hace unos días, en la calzada de la calle San Blas hay un escalón de unos 10 centímetros de desnivel en el asfalto, que supone un peligro inadvertido para el tráfico rodado, sobre todo para las motos.