Desde hace siete ediciones el Ejército es un inquilino habitual de la Feria de la Infancia y la Juventud (Iberocio). El Ministerio de Defensa se reserva en Ifeba toda la planta baja con actividades donde los niños se pueden sentir durante un rato como verdaderos soldados. Para que los pequeños no corran peligro y todo esté bajo control, estos días hay una plantilla de 76 militares de tropa y 4 mandos, que hacen turnos.

La sargento Ana Oliete, del Regimiento Saboya de la base de Bótoa, comenta que les gusta participar en Iberocio "porque es una actividad distinta y permite que la población civil nos conozca, sobre todo los niños". Para ellos "es una experiencia más en nuestra carrera militar". Todo el personal militar que participa en la feria es voluntario, "tiene que ser así porque tratas con niños y debes tener mucho aguante, mucha paciencia y sobre todo mucho cuidado para que ningún niño tropiece o se caiga". Hasta ahora nunca ha ocurrido nada "porque todas las estaciones están muy reforzadas con muchas medidas de seguridad para proteger a los más pequeñitos".

El circuito está preparado con distintas estaciones: una representación de pista de aplicación en la que hay que superar obstáculos, varios vehículos y una pieza de artillería que se pueden visitar, una pista para buscar minas, maquillaje y material militar y la tirolina, que es lo que más éxito tiene. Todo el que visita las instalaciones recibe un diploma acreditativo, que los niños lucen con orgullo. Cada día pueden pasar por este espacio unos 800 niños.