TLtas relaciones políticas entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Badajoz y el principal partido de la oposición pasan estos días por sus peores momentos, desde que los socialistas iniciaran una nueva etapa con Celestino Vegas .

Tanto es así que el alcalde Miguel Celdrán ha anunciado esta semana que rompe las relaciones institucionales con el partido socialista, si Vegas no le pide perdón por unas declaraciones que éste realizó y en las que Celdrán se sintió insultado.

Sin querer profundizar en las palabras que provocaron esta grave discordia y al margen del cruce infantil de declaraciones que entre ambos se está produciendo esta semana, en las que Celdrán le dice a Vegas que le pida disculpas y éste contesta que primero las tiene que dar Celdrán, lo cierto es que esta polémica ha servido para constatar la fina línea que separaba las buenas relaciones políticas que, en determinados momentos, ha parecido que existían entre ambos partidos, influidos quizás, por el grado de acuerdo y entendimiento al que están llegando Fernández Vara y Monago en la política regional.

Pero ni Celdrán va a seguir, a estas alturas de su carrera política, las directrices que marque desde Mérida el que fuera su pupilo político, ni Celestino Vegas sabe poner la otra mejilla como haría Fernández Vara si hiciera falta. Desde hace muchos años a Celdrán le funciona bien electoralmente el enfrentamiento con el partido socialista, y Celestino Vegas comete un error si cae en la trampa.

Pero con los estragos que la crisis están causando en Badajoz los ciudadanos no quieren oír hablar de márketing político y menos de absurdas disputas entre los políticos. Con cientos de personas en el paro, con familias enteras acudiendo a los comedores sociales, empresarios en serios apuros y autónomos asfixiados, los pacenses solo le piden a sus representantes políticos que sumen esfuerzos y no pierdan ni un minuto en el trabajo de sacar adelante a la ciudad.