Ona es el nuevo nombre de Mini, una perra que ha encontrado hogar en Barcelona junto a Rosa y Pere. Knut (antes Boby) se lleva a las mil maravillas con su compañera de piso, una perrita llamada Kay. A Bruce en su nueva vida lo que más le gusta es estar en los brazos de su dueña Aroa y Popy-Philippe, que ahora responde al nombre de Felipe, se ha mudado a Madrid, donde vive feliz.

Todos tienen en común haber sido inquilinos de la perrera municipal de Badajoz y haber evitado la muerte gracias a la campaña SOS Perrera, que una pacense ha impulsado en Facebook y con la que ha conseguido rescatar desde agosto a medio centenar de perros, que han encontrado adoptantes en la red.

Los tres últimos han sido los cachorros Lisa y Mona y una perrita cruce de yorksire llamada Kittie, que tendrá nueva casa en Badajoz. Si hoy consiguen una familia para Rocky, un pitbull de once meses, una semana más no se sacrificará a ningún animal en la perrera de Badajoz. Y es que desde que esta campaña se puso en marcha solo una vez en septiembre se han llevado a cabo sacrificios.

La adopción de Rocky es más complicada al ser de una raza potencialmente peligrosa. Hay un posible adoptante, pero hasta hoy no sabrán si cumple los requisitos. De momento, ya se ha pagado la tasa para poder retirar al animal si el adoptante recibe el visto bueno. Otras muchas personas --algunas de otros países-- se han puesto en contacto con SOS Perrera para quedarse con este pitbull, pero uno de los inconvenientes es que deben recogerlo personalmente en la perrera.

La promotora de SOS Perrera, que prefiere que no se cite su nombre porque asegura que su único objetivo es "salvar a los animales" y no convertirse en protagonista, cuenta que fue tras una visita a la perrera municipal cuando decidió crear un evento en su perfil de Facebook con las fotografías de los seis perros que se iban a sacrificar esa semana. La respuesta fueron 1.300 e-mails interesándose por el futuro de estos animales y apoyando la iniciativa. Ella pagó las tasas para sacarlos de la perrera y se puso en contacto con dos protectoras de animales para encontrarles casa. Lo consiguió, pero sintió que no podía dejarlo ahí.

Por eso, volvió a subir fotos de otros perros que ya tenían fecha de sacrificio. Entonces se topó con otra mujer de Barcelona, que le propuso colaborar creando el perfil de SOS Perrera y encargándose de actualizar su contenido. También encontró ayuda en otras chicas de Badajoz, que ahora se encargan de ir a buscar a los animales a la perrera. Ha pedido apoyo a protectoras de la ciudad pero, de momento, sigue realizando su labor en solitario.

Ella se encarga de hablar con los posibles adoptantes --recibe una media de 30 e-mails y llamadas al día--; paga en su nombre las tasas en el ayuntamiento e informa al Servicio de Protección Ambiental sobre el perro que se recoge y quien lo acogerá. Además, se pone en contacto con las protectoras de las ciudades a las que viajan los animales, para que contacten con los adoptantes --a quienes se realiza un cuestionario-- y visiten sus casas, para garantizar que los animales viajan a "un buen hogar".

Es una labor ingente en la que "me he dejado la piel", asegura. Pero ahora, esta joven pacense debe dar un paso atrás. Esta embarazada y reconoce que el esfuerzo y el estrés no le permitirán continuar al frente del cañón mucho más tiempo. El relevo lo tomarán varias colaboradoras y dos veterinarias que ayudarán de forma altruista. Antes del próximo jueves tienen que encontrar casa a siete bracos, un pastor alemán y un pitbull.