En los últimos tres años ha salvado de morir sacrificados en la perrera municipal a más de 1.500 perros. "Solo el pasado año salvé a 600". Harta de ver cómo cada jueves dan el matarile en ´el corredor de la muerte´ a los perros abandonados, Angeles Gómez, presidenta de la asociación protectora canina Acán, decidió llevárselos a un terreno de su propiedad, en la carretera de Valverde, donde los cuida hasta que les encuentra una familia adoptiva, "no sin pagar antes al ayuntamiento 20 euros por perro y ponerles las correspondientes vacunas", explica.

Sin embargo, la tranquilidad de los perritos y de Angeles se terminó. Una notificación del ayuntamiento que comunica la clausura de estas instalaciones y le da un plazo de 40 días (que se cumple el 5 de julio) para desalojarlas, ha indignado a la presidenta de Acán, que piensa "recurrir al contencioso administrativo por abuso de autoridad, y si es necesario al Defensor del Pueblo".

No molestan

Según explica, "me piden que desaloje el albergue y cese la actividad cuando esto me cuesta miles de euros al año y cuando el informe del Seprona es positivo. El ayuntamiento, que conoce nuestra labor, hace caso a un señor que denuncia y dice que los perros causan molestias, cuando eso no es cierto". Según dice, si se da el caso de que alguno molesta "se llevan a la residencia de Elvas, donde tenemos ahora 14. En la parcela de la carretera de Valverde hay 10 perros".

La presidenta de Acán, reconoció ayer que está a punto de tirar la toalla, por "la sinrazón" y el trato del ayuntamiento, "cuando lo único que hacemos es ayudar buscando a los perros una familia con la que vivir y además vamos los fines de semana a fregar la perrera municipal y a cambiarles el agua a los perros que están allí".

El viernes pasado, Angeles, junto con otros socios de Acán, llevó desde Badajoz hasta Alemania en un camión a 33 perros que entregó a cada adoptante, una labor altruista que hasta ahora, según dice, han realizado en silencio. Acán realiza sus envíos a distintos países como Alemania, Holanda o Francia, ya que "su objetivo principal es evitar que sean sacrificados masivamente en la perrera facilitando las adopciones".

Una perrita ciega

La dedicación y el cariño que profesa a los perros abandonados, se remonta a su experiencia personal. "Tenía una perrita ciega que se me perdió y una veterinaria decidió matarla, teniendo la perra la identificación en el chip, entonces pensé qué sería de los otros perros que están abandonados y carecen de microchip. Por eso, realizo esta labor, en honor a mi perrita".

Angeles Gómez, que regenta una empresa de almacén de papelería, asegura que cuenta con el apoyo y el respaldo de otras protectoras de animales y que "no estoy mal de la cabeza, tengo 55 años y sé lo que hago, ayer (por el domingo) fue el último día que fui a limpiar la perrera municipal, porque los funcionarios no van el fin de semana".