Serán talleres eminentemente prácticos a través de los que aprenderán desde a poner una lavaodora a planchar la ropa, hacer la cama, elaborar la lista de la compra, ir al supermercado o planificar su tiempo de ocio. La Fundación Magdalena Moriche, en colaboración con Aexpainba, colectvos que trabajan con personas con inteligencia límite o discapacidad intelectual ligera, ha puesto en marcha un nuevo recurso para formar a sus usuarios en tareas básicas del hogar con el objetivo de que amplíen su grado de autonomía y sepan gestionar y manejar situaciones cotidianas.

Para llevar a cabo esta formación cuentan con un piso, que se ha equipado al completo a través de la venta del disco Invisibles en un mundo visible, promovido por el músico Santiago Trigueros. La vivienda dispone de ocho plazas que los usuarios mayores de 18 años (unos 150) irán ocupando en periodos de una semana para familiarizarse con todo lo relacionado con las tareas domésticas. La participación en estos talleres es voluntaria. La Fundación Magdalena Moriche y Aexpainba cubren una parte de la cuota para que los padres no la tengan que afrontar en solitario, pero las familias deben aportar el resto. Este proyecto no cuenta con ninguna subvención pública. Los primeros ‘inquilinos’ llegarán mañana.

De lunes a domingo, los usuarios irán trabajando los distintos quehaceres. Pero no será de forma arbitraria, pues no se trata de que repitan tareas porque sí. Según explicó Fernando Durán, gerente de Aexpainba, los talleres se realizarán en función del desarrollo normal del día y la convivencia. Así, por las mañanas se harán las camas, limpieza de estancias; aprenderán a cocinar platos «sencillos» y a utilizar los electrodomésticos necesarios y también tendrán que hacer la lista de la compra e ir al supermercado. Además se impartirán talleres de aseo personal, cuidado de la ropa y de ocio, para que se familiaricen con el uso del dinero y del transporte urbano; se organicen y planifiquen la actividad que les apetezca realizar y la lleven a cabo.

La formación se impartirá en dos niveles. Uno más básico para quienes no tengan ninguna experiencia o les pueda costar más aprender estas tareas, y otro más avanzado para quienes ya poseen cierta destreza.

POR PRIMERA VEZ/ Durante el aprendizaje, los usuarios convivirán en este piso. Es la primera vez que la Fundación Magdalena Moriche y Aexpainba ponen en marcha un recurso de este tipo y, según Durán, responde a las demandas de las propias familias que no pueden o no tienen tiempo en muchas ocasiones de enseñar a sus hijos a manejarse en las tareas del hogar.

Para este nuevo proyecto se ha contratado a tres nuevos trabajadores, que ya tienen experiencia como cuidadores en desempeños similares, y que serán los que enseñen y acompañen a los usuarios durante su semana de formación. Aunque Fernando Durán reconoció que una semana «no es mucho tiempo», los que necesiten reforzar estos conocimientos podrán pasar por los dos niveles formativos.

Esta función formativa no será la única que tenga esta vivienda, muy cercana a la sede del colectivo, en Huerta Rosales. El piso también se utilizará los fines de semana que no se imparta formación para ofrecer un servicio de respiro a las familias de los usuarios. En estos casos, los beneficiarios también recibirán formación, pero más enfocada a gestionar y disfrutar de su ocio, pues la idea es que mientras se da opción a los padres de tener un tiempo libre, los chicos participen en actividades lúdicas. También esta es una prestación en la que las familias deben asumir una «pequeña» parte de la cuota.

PISOS TUTELADOS/ La Fundación Magdalena Moriche y Aexpainba ya cuentan con otros dos pisos tutelados, uno en Cerro Gordo, cuyas plazas están concertadas con el Sepad, y otro en Huerta Rosales, que es de carácter privado y son las familias las que sostienen su funcionamiento con sus cuotas. La aspiración es que todos los pisos, incluido uno que está aún pendiente de equipar, tengan plazas concertadas en el futuro. Cuando las plazas son concertadas, es la Junta de Extremadura la que se encarga de realizar la valoración a los usuarios y adjudicarlas, aunque los pisos hayan sido puestos en marcha por entidades privadas. Así, como ya ocurre en el de Cerro Gordo, hay beneficiarios que no son usuarios de Aexpainba y la Fundación Magdalena Moriche, pero han tenido prioridad frente a estos.

Según Durán, en estos momentos doce de sus usuarios están en lista de espera para optar a una plaza en pisos tutelados.

Los usuarios de estos centros tienen entre 10 y 56 años y el objetivo es ofrecer a todos ellos, en función de su edad, servicios que respondan a sus necesidades y a las de sus padres. Las familias juegan un papel fundamental y por eso, a través del sistema de calidad interno que se ha implantado, se mantiene contacto con ellas para recoger sus demandas y tratar de darles respuesta.