Las campañas informativas sobre los efectos nocivos del tabaco y la prohibición de fumar en los centros de trabajo ha desbordado las consultas del Centro de Drogodependencias de Extremadura (CEDEX) de Badajoz, donde se desarrolla desde hace poco más de un año un programa de deshabituación tabáquica. La aceptación del programa, que combina la terapia grupal y el apoyo farmacológico, ha sorprendido a los técnicos del mismo centro, que se han visto "desbordados", según la psicóloga y coordinadora en funciones, Africa Rodríguez Fernández, quien aseguró que "es el programa más numeroso que tenemos ahora mismo en el centro". Cerca de 400 fumadores han pasado por este programa y hay otros 300 en listas de espera.

El CEDEX de la capital pacense, que atiende todo el Area de Salud de Badajoz, ha recibido además una demanda de una empresa con un número importante de trabajadores interesada en ofrecer a sus empleados un tratamiento para dejar de fumar. Aunque Africa Rodríguez no quiso desvelar el nombre declaró que es un centro oficial de la Administración Pública que desea ofrecer a sus empleados un tratamiento para abandonar el consumo del tabaco.

CAPACIDAD Los técnicos en Prevención de Riesgos Laborales de las empresas recomiendan cada vez más a los trabajadores acudir al CEDEX, aunque el centro, según reconoció la coordinadora, no tiene capacidad para atender la demanda que está surgiendo, y que se verá incrementada con la ley que prepara el Gobierno, que entrará en vigor el 1 de enero de 2006.

Esta ley prohibirá fumar en todos los centros de trabajo públicos y privados sin zonas específicas para fumadores, así como en otros espacios.

La situación obliga a plantear algunas posibilidades "como abrir el centro por la tarde o el desplazamiento de un técnico del CEDEX al centro de trabajo", una decisión que debe adoptar la gerencia de área, ya que, en su opinión, "habrá que dar alternativas a todas las personas y estudiar si este servicio se amplía o si se crean otros centros paralelos".

Los últimos pacientes que están siendo tratados solicitaron el tratamiento en febrero, y muchos de los que están en lista de espera no podrán ser atendidos hasta dentro un año. El programa de deshabituación es largo porque son terapias grupales de 15 personas con nueve sesiones y un seguimiento a medio plazo, "no se les da el alta antes de los seis meses".

Un dato llamativo, según Africa Rodríguez, es que están llegando al centro personas dependientes a los chicles con nicotina. Son pacientes que decidieron dejar de fumar por su cuenta "y como no han sido controlados llevan años consumiendo esos chicles". Por ello advirtió de la necesidad de consultar al médico de familia o al farmacéutico a la hora de iniciar cualquier tratamiento, sean chicles o parches con nicotina.

La Asociación Española contra el Cáncer, veterana en estos programas, también desarrolla cursos de deshabituación tabáquica en los que siempre quedan fuera muchas personas porque no hay plazas suficientes, según su presidenta provincial, Ana Rosa Cuevas, quien declara que las empresas públicas han sido las primeras en buscar terapias y soluciones a sus trabajadores. Los técnicos de esta asociación han impartido estos cursos a empleados de la Diputación Provincial, de la Agencia Tributaria, y de Caja Badajoz, aunque reconoció que a las empresas privadas, sobre todos a las más pequeñas, "todavía les cuesta entrar porque los mismos directivos y empresarios fuman". Algunas empresas privadas "se muestran interesadas pero no facilitan la tarea porque ponen inconvenientes a los trabajadores para asistir en horario de mañana", ya que por la tarde no funciona este servicio.