Los servicios sociales del ayuntamiento pacense empiezan a detectar los efectos de la crisis, a ellos recurren cada mes un mayor número de personas en busca de ayuda para salir adelante. El paro y los desahucios han hecho que se disparen las peticiones de ayudas económicas de familias que no pueden hacer frente al pago del alquiler de la vivienda y a los recibos de la luz.

"Desde el verano hasta ahora hemos recibido unas 40 solicitudes. Son familias a las que se les acaba el subsidio de desempleo o que se quedan en paro y recurren a nosotros porque ya conocen los servicios sociales", según la concejala del Instituto Municipal de Servicios Sociales, Rosario Gómez de la Peña, quien reconoce que "en época de crisis los primeros que sufren las consecuencias son los más desfavorecidos".

Se han detectado casos de familias a las que los propietarios de las viviendas que tenían alquiladas les han cortado la luz y el agua y se han visto obligados a marcharse. Es una fórmula que se utiliza con frecuencia para que abandonen los pisos ante el impago del alquiler.

Según reconoció la concejala, "esto no se puede hacer, porque el propietario, ante una situación de impago, tiene que seguir los trámites para un procedimiento de desahucio, pero como no tienen contrato de alquiler recurren a cortar el agua y la luz y los inquilinos no pueden denunciar ni reclamar".

De esta forma, hay gente que se ha visto de un día para otro en la calle. La semana pasada una familia tuvo que quedarse a dormir en una furgoneta, "venían desesperados a que el ayuntamiento les proporcionase una vivienda, pero no teníamos ninguna libre".

Esta concejalía no dispone de un presupuesto específico para ayudas al alquiler, sino que cada una de sus áreas cuenta con una partida que utiliza para solucionar problemas puntuales, son consideradas "ayudas de emergencia".

EMERGENCIAS Normalmente esos fondos se destinan a situaciones como la que se produjo a principios de año en Suerte de Saavedra, donde a causa de un incendio hubo que desalojar un bloque de pisos y realojar de manera urgente a los vecinos en hoteles de la ciudad, "eso lo pagó los servicios sociales".

No obstante, la concejala está viendo la posibilidad de que en los próximos presupuestos municipales se pueda incrementar alguna partida para resolver la situación, porque, según reconoció, "sabemos que seguirán llegando más personas, tal y como está la situación".

Otro caso reciente que han recibido los servicios sociales ha sido el de dos ancianos que vivían con una niña, y un matrimonio con cuatro hijos, a los que ha habido que buscar viviendas porque las suyas habían sido declaradas en ruina.

En estos casos, el ayuntamiento busca y paga un alquiler o una pensión hasta que la Junta de Extremadura les puede adjudicar una vivienda social. Pero cuando estas personas consiguen la vivienda, tienen que buscar recursos para dar de alta la luz y el agua, y recurren de nuevo a los servicios sociales.

Gómez de la Peña aseguró que a los servicios sociales no han llegado peticiones de alimentos, aunque sabe, según dijo, que han aumentado los usuarios al comedor que mantienen las hermanas de la Caridad, en la calle Martín Cansado. "Ellas a su vez también nos piden ayudas, porque sólo reciben del Banco de Alimentos y donativos de particulares, por lo que a veces tenemos que darle una ayuda extraordinaria, además del convenio que tenemos firmado con ellas".