Hay quien ya la conoce como la isla de los gatos, por la presencia de estos animales en esta roca que sobresale del río Guadiana junto al puente Viejo, en la margen izquierda. Desde finales de marzo, cuando se produjo la mayor crecida del caudal y los gatos tuvieron que subirse a las partes más altas de las copas de los árboles para sobrevivir, un grupo de jóvenes está intentando rescatarlos.

Ya han subido a 19, aunque dos han fallecido y los que no se han podido colocar con alguna familia de acogida están en un piso particular y en una vivienda que la asociación Adana ha habilitado, pues necesitan un lugar donde permanecer hasta que se recuperan, según explica María de los Angeles, una de las jóvenes del grupo, en el que también están Carmen, Yudy, Adrián, Ignacio y Yeni.

Para rescatarlos se valen de una plataforma sobre la que colocan comida y bajan a la isla para atraer a los animales. Además montan guardias para concienciar a la gente que pasa por el puente de que no les den comida, porque estos voluntarios ya los están alimentando de forma controlada y la comida es el único medio que tienen para atraerlos a la trampa y poder sacarlos de la roca, donde aseguran que no viven en buenas condiciones, a pesar de que muchos paseantes ya se han acostumbrado a verlos allí. Una vez que son rescatados, los animales son llevados al veterinario, donde son esterilizados, chequeados y vacunados.

En esta operación cuentan con el apoyo también de la asociación Sos Perrera, que se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Badajoz para que tome cartas en el asunto.

Este colectivo ha propuesto al consistorio que les permita usar la parcela que existe junto a la perrera municipal, para llevar allí a los gatos, pero aseguran que la única solución que les han dado han sido jaulas en la propia perrera, donde afirman que no recibirían ningún tratamiento pues el veterinario que acude a la perrera lo hace para sacrificar. Según Sos Perrera, en esta isla pueden quedar aún unos 50 gatos.

La concejala responsable de la perrera, Ana Serra, comentó ayer que están estudiando las soluciones que se pueden adoptar "con las pocas medidas económicas que tenemos". Señaló que la parcela junto a la perrera no está acondicionada y explicó que el servicio del ayuntamiento es de recogida y cuando los animales no son adoptados son sacrificados, "porque nosotros no tenemos otras medidas económicas para solventar estos problemas, se acude a las instituciones pero el responsable es el dueño del animal".