La edición de este libro ha sido un reencuentro con Ángel, me ha recordado aquel tiempo tan emocionante y tan difícil, y he hecho un camino interior», manifestó ayer a este diario Pilar Gómez Bedate, viuda del poeta Ángel Crespo, autor de ‘La voluntad de perdurar. Poemas 1949-1964’ fallecido en Barcelona en 1995, siete años después de su regreso a España, tras un exilio que en 1967 lo llevó a la Universidad de Puerto Rico, como visitante a las de Leiden, Venecia y Washintong, y a su regreso en 1988, en la Autónoma y en la de Pompeu Fabra. Es autor de una extensa e intensa y altísima obra poética y traductor de Dante, Petrarca y Pessoa.

Ángel Crespo es autor de ‘La voluntad de perdurar’, un poema que da nombre al libro que ha editado la Fundación Ortega Muñoz en su colección ‘Voces sin tiempo’, que dirigen Álvaro Valverde y Jordi Doce, autor éste de la edición, encargado de la selección de los textos y de la introducción. Lo presentaron en Badajoz Doce, Pilar Gómez; Pérez Urban, director de Cultura; el director del Meiac, Franco; y Clemente Lapuerta, de la Fundación Ortega Muñoz.

Pilar Gómez recuerda que «cuando nos conocimos, en los 60, se hizo una tesis sobre su poesía en Nápoles; un gran hispanista dijo que Ángel pertenecía a la gran tradición de poetas herméticos europeos, del simbolismo, y que él había incorporado el hermetismo y la vanguardia».

Para ella, que aún rescata cuando su marido le contó que formaba parte del PCE, «que puso en su vida en mis manos y para mí fue algo tremendo», asegura que «el trabajo de Jordi Doce en la introducción y en la selección ha seguido de un modo inteligente e importante para la literatura contemporánea, pues ilumina esta parte de la obra de Ángel, que con su exilio y su ausencia había quedado en la sombra. Este libro reivindica un asunto que es crucial», afirmó.

LA EDICIÓN / Jordi Doce señaló que la selección de los textos responde al objetivo de la colección ‘Voces sin tiempo’, de rescatar textos poéticos que entran en diálogo con la naturaleza, con el paisaje manchego de su juventud».

El libro presenta 43 poemas escritos entre el final de los 40 y mediados de los 60, antes de su marcha de España. Todos los textos están recogidos en otros libros y en sus obras completas, «publicada hace 20 años y de difusión limitada; ésta es una selección temática», según Doce,

«Se trata de reivindicar esa parte de su obra. Él no dejó de crecer; se ha puesto énfasis en su obra final, más simbólica y metafísica. Ángel Crespo estaba a la vanguardia de la poesía española en ese momento», añadió.

Clemente Lapuerta coincidíacon Doce en que hay cierto parecido entre la obra de Ángel Crespo como poeta y de Ortega Muñoz como pintor, «una mirada al paisaje, un trabajo de lectura de ese mundo». Y «sin gota costumbrismo. Es una obra muy madura, en la mejor tradición europea», apostilla el antólogo.

Crespo y Ortega Muñoz se conocieron en los años 60 en Madrid y tenían «un pensamiento afín sobre el paisaje, en oposición a la visión idílica del campo. No hay nada antiguo. Es una poesía que casi 70 años después se mantiene fresca y viva», dijeron. «Sobre costumbrismo, los poemas menores de esa época, se escribieron como parte de la resistencia antifranquista; marca una época». afirmó Pilar Doce.